Largamos con Pícnic!, este espacio de reflexión y disfrute que compartimos todas las semanas. Comienzo con la historia de una mujer que vivió el horror, sobrevivió, sufrió y se recuperó para intentar ayudar a otros. Kim Phuc vivía en una aldea de Vietnam; su familia tenía una granja y su mamá el mejor restaurante del pueblo. Le gustaba jugar con sus primos, corretear y saltar a la cuerda. El 8 de junio de 1972 estaba haciendo todo eso, cuando su vida cambió para siempre. Kim Phuc se transformó en “la niña napalm”, como la conoce toda persona que haya visto alguna vez la imagen que se transformó en ícono de una guerra cruel y sin sentido, que terminó con miles de vidas y cambió para siempre millones más.
Kim Phuc Pan Thi tenía nueve años y recuerda solo en parte lo que sucedió cuando un avión voló sobre su pueblo y tiró una sustancia desconocida. “El napalm se te pega, no importa lo rápido que corras, causando quemaduras y dolores terribles que duran toda la vida. No recuerdo haber corrido y gritado: “¡Nóng quá, nóng quá!” ("¡Demasiado caliente, demasiado caliente!") Pero las imágenes de la película y los recuerdos de otros muestran que lo hice”, escribió la mujer hace pocos días en el New York Times, en el aniversario 50 de ese acto de guerra contra población civil.
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