El escenario actual, junto con las nuevas tecnologías, están cambiando los negocios y la forma de trabajar de las personas en todo el mundo. Previo a la pandemia, el 67% de las empresas en Latinoamérica sostenía que el trabajo flexible era la principal prioridad a revisar en los próximos meses, según datos del estudio Tendencias Globales del Talento relevados por Mercer, consultora global en recursos humanos.
En el marco de este mismo estudio, el 64% de los empleados señalaba que es importante que la cultura de la compañía promoviera acuerdos de trabajo flexible.
El repentino cambio de paradigma que están experimentado la mayoría de las compañías en el mundo como consecuencia de la pandemia, han llevado estas tendencias a la práctica, pero tan solo en una parte. El temor al contagio con la consecuente necesidad de aislamiento llevó a las compañías a adoptar en forma generalizada el teletrabajo o home-office. "Sin embargo, cabe aclarar que el hecho de que una compañía adopte el teletrabajo como una práctica formal no necesariamente indica que tenga una modalidad flexible de trabajo", advierte Mercer.
En un mundo de RRHH donde se viene conversando sobre la necesidad de poner al empleado/persona en el centro, la voz del empleado sobre este punto era y continúa siendo contundente y favorable hacia la flexibilidad.
“Hay que considerar que no todos los empleados van a retornar a su lugar de trabajo o van a querer ir a trabajar a espacios compartidos, ya sea por temas de salud o para potenciar los beneficios de trabajar de un modo más flexible”, destaca Juliana Rodríguez, Líder de Talent Strategy de Mercer.
Más allá del auge actual, el tema de la flexibilidad no es nuevo. Según el punto de vista de Mercer, todos los trabajos son capaces de flexibilizarse, pero es necesario averiguar en cuál de las cinco dimensiones – qué / cómo / dónde / cuándo y quién realiza el trabajo. Entonces, por ejemplo, esta pandemia ha demostrado que no todos los trabajos pueden flexibilizarse en cuanto a su lugar de ejecución, pero sí podrían flexibilizarse en el “cuándo”, a través de una programación más flexible.
"Es importante resaltar este concepto más universal de la flexibilidad para darle el carácter inclusivo que tiene desde su propia concepción", dice Mercer. Añade que es una oportunidad para las empresas de nivelar condiciones y replantearse los esquemas tradicionales de trabajo, los que ya dejaron evidencia que no constituyen verdades absolutas. Para toda compañía que se encuentre modelando su flexibilidad, se sugiere se comience respondiendo tres preguntas críticas:
Adicionalmente, al iniciar este abordaje en las compañías, no debería perderse de vista cuáles son los impulsores del negocio que avalan este tipo de medidas. Citamos algunos:
Según la consultora, la evidencia es contundente, la tecnología hace posible la tendencia y nos ayuda a realizar diagnósticos ágiles.
“Hoy están a nuestro alcance las herramientas tecnológicas necesarias para realizar este diagnóstico y contar con la información precisa rápidamente para tomar decisiones. Decisiones que contemplen la mejor combinación de la cultura de cada compañía y el ADN de sus empleados junto a los cambios que habría que realizar, según sea su grado de preparación y sus brechas con el estado “virtualmente” deseado”, señala Rodríguez.
Las organizaciones tienen que prepararse para estos nuevos cambios y desafíos en tres áreas clave: selección de talento, desarrollo de los colaboradores y transformación digital del negocio. ¿Pero cómo pueden saber con qué recursos ya cuentan y qué necesitan desarrollar? Midiendo estas siete competencias clave con ayuda de la tecnología es posible conocer en qué punto se encuentra la organización para gestionar su proceso de transformación digital:
“Cada compañía deberá realizar su análisis particular y llegar al racional que mejor se adecue a su cultura y posibilidades, para adaptar sus políticas y procesos vigentes a esta nueva normalidad. Las implicancias de este cambio son grandes y complejas, son estructurales e intrínsecamente humanas. Este es el verdadero proceso de transformación y de digitalización que tanto se venía anticipando en innumerables papers acerca del futuro del trabajo", afirmó Rodríguez.
"El futuro lo tenemos hoy entre nosotros, el interrogante es qué tan preparados estamos hoy para hacer nuestro ese futuro. Las compañías tienen que entender cuál es el mejor diseño y el mejor set de habilidades que les haga posible reconvertirse en un mundo que solo entiende la palabra cambio”, culminó la Líder de Talent Strategy.
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