Hace más de 50 años que María Teresa Arida –de padre argentino y madre libanesa– pasa sus vacaciones en Medellín, al norte de José Ignacio, Maldonado; y desde hace 30 años tiene su casa en esa zona de élite de la costa uruguaya. Arida viaja durante el año entre Europa, donde vive, y Uruguay, un país con el que dice tener un “historia de amor correspondida”. Pero un problema con el trazado de una vía eléctrica de UTE puso a esa historia de amor en una crisis.
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