En 1998 la candidata al Senado Julia Pou armó la lista 400 bajo el nombre Acción Comunitaria. Como candidatos a diputados por Montevideo y Canelones impulsó a dos jóvenes. Uno con 25 años, totalmente inexperiente, recién hacía sus armas en la política. La otra, de 36 años, con la experiencia de haber ocupado un cargo en el directorio del entonces Instituto Nacional del Menor -hoy INAU- durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle.
Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón empezaban mano a mano a armar una nueva corriente dentro del Partido Nacional que en febrero de 2000 les permitió asumir como diputados a él por Canelones y a ella por Montevideo. Veinte años después de aquellos inicios asumirán el mayor cargo al que un político puede aspirar, como presidente y vicepresidenta.
Argimón recordó el día en que les dieron la llave del local de la esquina de 18 de Julio y Martín C.Martínez donde ahora funciona uno de la lista 71. “Arrancamos una tarde juntos, abrimos la puerta y estaba todo sucio. Fuimos a una ferretería compramos un balde, agua jane, y nos pusimos a limpiar. Él dice que limpio más que yo, yo digo que fue al revés”, contó entre risas a El Observador.
A los pocos días se fueron sumando amigos de ambos que los apoyarían en la militancia y Rodrigo Ferrés, –el prosecretario de la Presidencia desde este 1 de marzo– fue de los primeros en aparecer, señaló Argimón. También se acercaron Álvaro Delgado, quien será secretario de la Presidencia, y Amin Niffouri.
Entre los amigos de Lacalle Pou Ferrés ocupaba un lugar especial. Ambos habían egresado de la facultad de Derecho de la Universidad Católica, en 1993 y unos años después Lacalle tomó la decisión de volcarse de lleno a la política con su amigo como testigo. Fue en la madrugada del 17 de marzo de 1997. En entrevista con el Portal Ecos publicada el 29 de enero de 2019, Lacalle Pou contó que tomó la decisión a la una y media de la mañana, en el campo de Cerro Colorado. “Las opciones eran irme a estudiar a Estados Unidos o España, o ingresar en la política de lleno. Y ahí tomamos una decisión con Rodrigo, de la que siempre nos acordamos mucho. Dijimos ‘vamos a canalizar con un fin estas ganas’. Tenía una rebeldía que empezaba a ser más positiva que negativa. Y, obviamente, estaba la vocación de servicio ahí. Y la “embestida baguala” (así le llamaron a las acusaciones de corrupción a su padre y al gobierno que encabezó) también fue un empujón. En el sentido de rebelarme también contra ella”, contó el entonces precandidato a la Presidencia.
En otra entrevista, publicada en la web del Partido Nacional, Ferrés contó más detalles de esa noche. “Tengo la foto. Habíamos ido a estudiar y estábamos haciendo un asado mano a mano y tomando vino en caja. Me llamó la atención que no dijo `quiero dedicarme a la política`. Dijo `me voy a dedicar a la política`”, narró.
Pero para llegar a ser candidato a diputado, Lacalle Pou tuvo que convencer a sus padres que no lo querían en política, según contó en una entrevista con La República publicada en marzo de 2000, cuando recién había asumido la banca. “Ellos no querían porque pienso que tal vez querían otro futuro para mí. De todos modos, mi candidatura fue votada por unanimidad por todos los convencionales departamentales y nacionales de nuestra lista. Esta situación hizo que me sintiera mejor que si me hubieran puesto a dedo”, dijo.
Cuando se le preguntó si se lo valoraba por su persona o por quiénes son sus padres, respondió: “Yo me tengo toda la fe del mundo pero soy ubicado (...) Siempre supe que iba a tener una lupa puesta en mí y lo asumí con gusto. Y para mí es un orgullo ser “hijo de”. Yo tengo un maestro político y un líder. Es un tema que se separa de que sea mi padre. Yo no tengo inseguridades de ese tipo”.
“Creo que si me comparo con ellos perdería el norte. Julita o el doctor Lacalle a uno lo eclipsan y es obvio que así va a ser pero uno sólo pretende empujar a la gente a llegar a algo. Acá no hay competencia porque si me lo planteo, no podría vivir conmigo mismo”, agregó.
Por ello Argimón dijo que en aquel momento "tenía que probarse” puesto que su mayor desafío era ser “hijo del principal referente del sector”. “En ningún momento eso pesó en su militancia o en su trabajo. Fue al revés”.
La vicepresidenta electa aseguró que en aquellos inicios “todo era a pulmón” para ellos. Eran dos jóvenes “vulnerables” que se dieron “varios coscorrones”, dijo. Una imagen de esa vulnerabilidad para Argimón fue el festejo de sus cumpleaños en aquel agosto de 1999 –Lacalle Pou cumple el 11 y ella el 14–. “La señora que atendía el teléfono, compró una masita grande en una confitería cercana al local, le puso una velita y le cantamos el feliz cumpleaños”, contó recordando aquellos tiempos en los que nadie los conocía.
En cuanto a los “coscorrones” se refirió a la falta de apoyo de algunos referentes del partido, por ejemplo, cuando salían de recorrida y les pedían que los acompañaran y los ignoraban. “Había listas poderosas en Montevideo y Canelones” con las que competían y se los hacían notar.
Junto a las anécdotas Argimón destacó que desde los primeros momentos, Lacalle Pou “mostró una capacidad de trabajo impresionante, disciplina, capacidad de conformar equipos”, además de la llegada con la gente.
Aún así se hicieron camino, en parte con la ayuda de la senadora Pou que tenía gran influencia y también era acompañada por quien había sido presidenta de Antel, Rosario Medero. Votaron muy bien en la interna y salieron diputados.
En aquella sede tenían dos despachos pegados y compartían muchas charlas entre mates. “Luis llegaba, saludaba, tomábamos unos mates y enseguida se ponía a planificar. Como Canelones tiene muchas localidades, planificaba al detalle las recorridas e inmediatamente se iba. No paró, cuando uno ve en perspectiva histórica (lo logrado) es la construcción de años de trabajo”, dijo.
No hay duda de que quien asume este domingo como presidente salió del riñón herrerista sin embargo, nunca integró una lista propiamente herrerista y encarnó otra forma de hacer política. En la entrevista con La República, Lacalle Pou explicaba que se sentía herrerista. “Nosotros estamos en la bancada del Herrerismo, donde hay diferentes perfiles y espero que nos complementemos bien. El perfil de Julita es más social y creo que es buena la heterogeneidad en un sector. Yo me siento muy cómodo en la bancada herrerista y con la del partido”, dijo entonces.
Argimón entiende que Lacalle Pou sintió “que tenía que contribuir desde otro lugar”. “Él ha mantenido con Aire Fresco un movimiento que él construyó con sus equipos y una mirada moderna, muy cerca a la agente”.
En la construcción de ese espacio, la vicepresidente electa destacó la visión de Julia Pou cuando les dio cabida para encabezar aquella lista 400 que, según ella ya era expresión de esa forma nueva de hacer política. Confluían dirigentes que venían de distintos sectores y era encabezada por tres mujeres: junto a Pou estaba la expresidenta de Antel Rosario Medero y ella, que fue convocada justamente por su perfil social. “A mí me interesaba estar en un partido donde primaran las políticas sociales”, dijo.
Así se hicieron camino estos jóvenes que llegaron en febrero de 2000 a jurar por primera vez como como representantes en la misma cámara –donde sesiona la Asamblea General– y que, veinte años después, los verá jurar en el cargo que los hará enfrentar el mayor desafío político que se pueda asumir.
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