Cuando era estudiante muchos maestros y profesores ponían “buena nota” gradualmente. Casi nunca un sobresaliente a principios de año, aunque el alumno hubiera hecho todo sobresaliente, porque consideraban que así le daban incentivos para seguir mejorando. Nunca adherí a esa filosofía como docente, porque lo que está bien en marzo puede estar igual de bien en diciembre. Y lo que está mal, también. De hecho creo que es mucho más difícil mantener una buena nota que subiendo gradualmente las calificaciones.
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