El abrazo afectuoso y las palabras de reconocimiento entre los expresidentes José Mujica y Julio María Sanguinetti, en el hemiciclo del Senado el lunes 20, en la sesión en la que ambos renunciaron a la Cámara Alta, fueron hechos simbólicos de una buena convivencia democrática. Pero, han sido gestos interpretados de manera exagerada debido a análisis descontextualizados o a la ligera.