Las arañas, otro acervo cultural

Como la pintura, la literatura o la música de un país, la fauna es parte del acervo cultural, dice Carmen Viera. La bióloga especializada en comportamiento presenta hoy el libro Arácnidos de Uruguay y muestra que, como escribió Emily Dickinson, “lo sobrenatural no es sino lo natural revelado”.

Tanto en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República como en el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (Iibce), Viera ve el sentimiento de atracción-repulsión que provocan las arañas. “Es como ver una película de terror y taparse los ojos con los dedos de las manos entreabiertos”, ejemplifica.

En su experiencia, los arácnidos son siempre el centro de atracción entre los visitantes de los institutos de investigación, pero al encontrarlos en sus casas o al aire libre, su primera reacción es matarlos.

“Tenemos que apropiarnos de estos animales como parte de nuestra cultura, disfrutarlos y, sobre todo, conocerlos, que es el primer paso hacia la conservación”, explica la científica.

En este sentido, con un lenguaje a la vez accesible y riguroso, Arácnidos de Uruguay es un resumen de 30 años de investigación sobre el tema en el país. El libro es el primero de divulgación en el continente y se complementa con el atractivo manual de campo presentado el mes pasado, Guía de arácnidos del Uruguay, de Anita Aisenberg, Carlos Toscano-Gadea y Soledad Ghione.

Para conocer
En 240 páginas, el libro que se presenta a las 19.30 horas en el Iibce y en el que escriben 18 aracnólogos mayoritariamente uruguayos, se divide en cuatro áreas temáticas.

La primera sección aborda la diversidad que existe en Uruguay de arañas, escorpiones, seudoescorpiones, opiliones y solífugos, especies que dejan de sonar extrañas una vez que se lee el libro. Un glosario ilustrado e información detallada sobre su biología, permiten que cualquier aficionado pueda aprender a diferenciarlas.

En la segunda parte, se aborda el comportamiento de los arácnidos uruguayos, que abarca desde la construcción de tela hasta su vida social, pasando por sus conductas sexuales.

Luego viene la sección que Viera identifica como la más interesante para docentes desde primaria hasta nivel universitario. Allí se explica cómo es su recolección y cría, y se aportan ideas de diseños experimentales sencillos.

Por último, se abordan los beneficios que aportan los arácnidos al medioambiente y la producción, una descripción de los ejemplares ponzoñosos, además de mitos y leyendas que rodean a estos animales.

En este sentido, por ejemplo, se cuenta el origen en Europa medieval del “tarantismo”. Durante esa época, se sucedieron en el continente numerosos casos de enfermedad y muerte provocados por la picadura de una araña que se creía era la Lycosa tarantula, una especie de araña lobo de 7 centímetros de tamaño.

“El temor a las arañas ya instaurado en la naturaleza humana desde mucho antes de la Edad Media, sumado a la superstición, generaron como “antídoto” la práctica de una danza que permitía eliminar la acción de la toxina a través de la piel y la danza tomó el nombre de tarantela, también en alusión a esa parte de Italia”, se detalla en el libro.

Sin embargo, no fue más que su supuesta fealdad la que puso a esta tarántula en el banquillo de los acusados. Tiempo después se supo que la verdadera responsable de los desagradables síntomas y muertes era una pequeña araña de apenas un centímetro, la Latrodectus tredecimgutatus, una especie de viuda negra.

Oferta cultural
Además del valor científico y de divulgación que tienen tanto el libro como la guía de campo de arácnidos de Uruguay, Viera destacó la ampliación de la oferta editorial para turistas.

“Así como llevan libros de artistas nacionales, los turistas quieren conocer la fauna local”, dice la investigadora. Por algo las diferentes culturas les atribuyen a las arañas distintos significados.