Las primeras y peligrosas grietas en la coalición y la necesidad de un mensaje del gobierno

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17 de abril de 2020 a las 12:50

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Bienvenido a EnClave, la newsletter de análisis político de El Observador Member, que en esta edición viene con una Semana Traducida cargada de hechos políticos que van más allá de la crisis sanitaria.

 

La Semana Traducida 

 

¿Por qué Lacalle manda iniciativa que sabe que fracasarán?

→ En la última semana la coalición de gobierno empezó a mostrar sus primeras y peligrosas grietas. Esas que ya todos sabíamos que existían, pero que en un mes y medio de gestión aún no habían aparecido de manera tan evidente. El primer hecho que las hizo salir a la luz fue la forma en que el presidente Luis Lacalle Pou manejó el proyecto de la ley de urgencia. Se lo envió a sus socios al mismo tiempo que a los legisladores de la oposición, incluyó aspectos que estaban por fuera de la negociación e incluso mantuvo aquellos que ya sabía que todos los restantes partidos del gobierno rechazaban. ¿Por qué Lacalle envió, por ejemplo, los artículos sobre desmonopolización de los combustibles si ya sabe que no tiene los votos y va camino a “perder”? Es relativo lo que cada uno entienda por “perder”, pero lo cierto es que esa iniciativa va camino al fracaso. Por un lado está claro que el presidente quiso cumplir con lo que prometió en su plan de gobierno. Por otra parte, ver la historia puede ayudar a entender algunas decisiones. En el último gobierno blanco sucedió una situación similar. Luis Lacalle Herrera fracasó en dos reformas sustanciales que pretendió impulsar: la ley de empresas públicas (aprobada y derogada en un referéndum) y los cambios al sistema previsional. Sobre este último punto Lacalle Herrera sabía que no tenía los votos, pero no por eso dejó de enviar varios proyectos al Parlamento (una ley de urgencia por ejemplo) y la creación de un grupo técnico-político de integración multipartidaria, así como un informe general que buscaba una norma de consenso. Pese a que sus socios/rivales colorados (y en especial Julio María Sanguinetti) no lo apoyaron en esas intenciones, en el siguiente período presidido por Sanguinetti, sí se hizo una profunda reforma previsional. Al presentar esas iniciativas Lacalle Herrera al menos dejó fundada su intención y el freno externo político. Su hijo parece ir por el mismo camino.

Iván Franco

→ El proyecto de la ley de urgencia tal como fue enviado a los parlamentarios generó reacciones inmediatas. El primero en plantear sus reparos, aunque en un tono medido, fue el líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos. “En la ley de urgente consideración hay cosas que nosotros propusimos y no van a ser incluidas. Y nosotros tenemos todo el derecho de decir ‘propusimos tal y cual cosa y no va a ser incluida’. Y lo vamos a decir. Y me importa poco lo que alguien entienda que eso significa. Nosotros hacemos lo que nos parece que hay que hacer”, dijo en entrevista con El ObservadorLuego insistió en que Cabildo hizo “varios aportes” y “muchos de ellos no fueron tenidos en cuenta” y aseguró que “si no se quieren agregar”, lo presentarán en “proyectos separados y específicos”. “Nosotros estamos obligados éticamente a votar todo aquello que estaba en el documento Compromiso por el país, acordado en noviembre. Lo que no estaba, no tenemos ninguna obligación”, agregó.
 

→ También los colorados y los independientes mostraron molestias por algunos aspectos de la ley de urgencia. Además del tema de los combustibles, los colorados están disconformes con que no se hayan tomado en cuenta los planteos propuestos en vivienda y con la creación de agencias en la órbita de Presidencia de la República (Agencia Reguladora de Compras Estatales y Agencia de Monitoreo y Evaluación de Políticas Públicas) que impiden el control parlamentario. El diputado independiente Iván Posada, dijo que el proyecto de ley “no es satisfactorio” y que hay “muchos artículos que exceden lo que fue el Compromiso por el país”.

Otra muestra de cómo será su liderazgo

→ El tratamiento que le dio el presidente al proyecto de la ley de urgencia también permite ver cómo empieza a ser el manejo del poder que hace Lacalle. Esa actitud de incluir temas que ninguno de sus socios comparte no solo es una forma de marcar postura, sino también de dejar claro que el presidente es él. Llamó a todos los socios, firmó un compromiso, recibió aportes, pero en última instancia quien determina qué va en el proyecto o no, es él. Está claro que luego en la lógica parlamentaria todo eso se puede y se va a revertir. Pero el presidente dejó claro que, por más que haya otros socios en el Poder Ejecutivo, es el gobierno de Lacalle. Y como principal responsable también asume ese liderazgo a su manera. En cierta medida ese paso también revitaliza al Parlamento porque no todo llega cocinado desde lo partidario sino que habrá cosas que negociar en el Palacio Legislativo.
 

La izquierda tendrá limitada su principal arma

Leonardo Carreño

→ Lacalle también se mostró muy duro respecto al PIT-CNT un par de semanas después del cacerolazo organizado por sus dirigentes. A la central sindical ya le había molestado mucho la decisión del presidente de enviar la ley de urgencia en medio de la crisis sanitaria que vive el país, de la misma forma que lo había hecho el Frente Amplio. Cuál es la principal fuerza de la izquierda como oposición: la movilización. Con las restricciones para la concentración, el PIT-CNT plantea alternativaspero ninguna tan efectiva. En ese contexto, además, llega el 1° de mayo y Lacalle marcó el terreno con su negativa a otorgarle la cadena de radio y televisión como hicieron los gobiernos del FA.

 

Los otros ruidos por Manini

→ Otro foco de tensión política esta semana fue Manini. No solo por las discusiones por la ley de urgencia sino también por los apoyos a un diputado de su partido que empieza a complicarle la vida al gobierno, pero sobre todo por sus dichos sobre el pasado. En la media hora previa del Senado del martes, el senador cuestionó a la Justicia por seguir “procesando y encarcelando militares octogenarios por hechos ocurridos hace 50 años". La polémica frase, como es lógico, generó rechazo de buena parte del sistema político (salvo de los líderes blancos), incluídos los socios de la coalición Ernesto Talvi y Pablo Mieres. Luego de esas críticas, la cuenta de Twitter del subsecretario de Defensa y mano derecha de Manini, Rivera Elgue, disparó muy duro contra ambos líderes de los partidos Colorado e Independiente. Minutos después el dirigente de Cabildo Abierto borró esos posteos y dijo que había sido “hackeado”.

 

Una semana de silencio por la pandemia: se necesitan señales claras

Leonardo Carreño

→ Estamos llegando al final de esta newsletter política y aún no te hablé nada de la crisis sanitaria. Esta fue una semana en la que, por primera vez en poco más de un mes de pandemia, el gobierno se mostró un tanto errático en sus comunicaciones públicas. La última conferencia del gobierno fue el viernes pasado y si bien Álvaro Delgado mantuvo el pedido para que todos se quedaran en sus casas también pasó otro mensaje implícito: algunas áreas empiezan a volver a la normalidad y por ello pidió usar tapabocas. Y el lunes se notó que el acatamiento al confinamiento empezó a ceder. Es lógico. Todos los mensajes del gobierno habían sido “hasta Semana Santa”. Muchos volvieron a la calle. Debían hacerlo porque sus trabajos reabrían. Es esperable que hoy en la conferencia de prensa prevista para la noche Lacalle Pou tenga algún mensaje contundente para dar.

Los números de la evolución de la enfermedad en Uruguay son buenos. La curva se viene aplanando. Pero hay que pensar en los siguientes pasos. En una entrevista publicada el lunes por El Observador, el director de Salud, Miguel Asqueta, dio una muy interesante perspectiva de los siguientes pasos a dar, pero muchos que están dispuestos a criticar sea cual sea la propuesta pusieron el grito en el cielo sin hablar de propuestas alternativas al confinamiento masivo y para siempre.

¿Cuál sería el escenario idílico? ¿Tener cero caso? ¿Que el virus no circule más? Eso es una utopía, pero supongamos que se lograra. Apenas todo vuelva a la normalidad, felices porque el virus no está más y el país reabra sus fronteras es obvio que volverá a aparecer. Y con todo el país en la calle sin inmunizarse. Entonces la estrategia que piensa el gobierno (por más que Delgado luego lo desautorizó en la televisión), es la de modular la apertura por momentos. Que salga una parte de la población. se inmunice, luego se la evalúe  (para eso es necesario mejorar mucho el testeo aún) y luego que salga otra parte de la población. Esto requiere mucha planificación y control. Y hay dudas si se puede hacer sólo con pedidos voluntarios de confinamiento como hasta ahora. Todo para no saturar el sistema de salud, que tiene varios puntos débiles tal como demuestra esta nota. Pero lo que seguro se necesitan son mensajes más claros sobre el futuro: sería bueno que lleguen esta noche.

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