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El desafío del gobierno entre el mensaje de quedarse en casa y la gente que empieza a salir

Desde el Ejecutivo estiman que el 70% de la población acató el aislamiento social en las primeras semanas pero reconocen que ese número bajó este lunes
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15 de abril de 2020 a las 05:03

Si este lunes el gobierno ya amanecía con polémica por el reinicio de las actividades en la construcción, las declaraciones a El Observador del director general de Salud, Miguel Asqueta, avivaron ese fuego. El jerarca aseguró que es imposible “eliminar el virus” y reveló una estrategia que está en la mesa del Ministerio de Salud Pública (MSP): inmunizar a la población "de a poco” para generar anticuerpos y, a su vez, no hacer colapsar el sistema de salud.

A la noche, el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, dijo al programa Todas las Voces de Canal 4 que el gobierno tiene que ser “claro con el mensaje”. Y sumado a eso, insistió con la frase que repitió incansablemente durante el último mes: “Quedate en casa”.

Si bien el mensaje pudo interpretarse como una contradicción con lo que dijo Asqueta, los dichos de Delgado no estaban desconectados del plan revelado por el número tres del Ministerio de Salud Pública (MSP). Cada uno jugó su papel en el escenario público: uno dio las explicaciones médicas, otro lideró la comunicación política.

Y en las declaraciones de cada uno de los dos se esconden dos patas de un mismo desafío que enfrenta el gobierno: llevar adelante la estrategia "pedirle a la gente que se quede en su casa lo más posible", en palabras de Delgado y a su vez abrir la canilla de a poco, para que algunos sectores salgan y comiencen a inmunizarse, como dijo Asqueta.

Durante las primeras semanas, pese a que la cuarentena fue voluntaria, y se evitó tomar medidas drásticas como la de hacerla obligatoria, la exhortación a los uruguayos al aislamiento social logró un acatamiento del 70% de la población, según estimaciones del gobierno en conocimiento de El Observador

Según datos recogidos por Google a comienzos de abril, los uruguayos redujeron su movilidad hacia lugares de recreación un 75% desde que se declaró la emergencia sanitaria. Se trata de lugares como shoppings, restaurantes, cines, librerías y cafés. 

Además de los lugares de recreación, también cayó casi un 80% la movilidad hacia parques y lugares al aire libre, un 45% hacia tiendas de comida y farmacias, un 71% hacia paradas de ómnibus o lugares de transporte público y un 35% hacia los lugares de trabajo.

La única movilidad que aumentó en las últimas semanas, según los números de Google, fue hacia las viviendas. En este caso, para el total de los uruguayos, ese tipo de movilidad aumentó un 22%. 

Pero las medidas anunciadas la semana pasada en conferencia de prensa por el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, en cuanto al reinicio de la construcción y la vuelta a clases en las escuelas rurales (que van en sintonía con la estrategia revelada por Asqueta), dieron una señal a la población: la epidemia está controlada. El propio Lacalle Pou, en respuesta a la pregunta de una periodista, aseguró que era optimista ante el avance de la curva en Uruguay y dijo que "nada indica" que la situación del país fuera a empeorar.

A su vez, hizo un cálculo para argumentar sus declaraciones y decisiones. El presidente evaluó que debería haber "en el entorno de 8.700 contagios para tener la capacidad totalmente colmada en CTI”. Y agregó en tono tranquilizador: “Estamos lejos”.

Sumado a eso, la extensión del aislamiento social empezó a cobrar efecto."El encierro es muy díficil de llevar. En nuestro país la gente no está muy acostumbrada al encierro. De por sí la gente no va a aguantar más", dijo a El Observador el infectólogo Homero Bagnulo este martes.

Fue así que este lunes se vio reducido el alto número de acatamiento a la directriz de quedarse en casa. El propio Delgado lo reconoció en la entrevista a Canal 4. "Yo percibí que quizás alguna gente aflojó el músculo y tengo que volver a insistirle, y pido disculpas porque sé que es distorsivo, pero tengo que volver a pedirle a la gente que se quede en su casa lo más posible", afirmó.

Los números que maneja la Intendencia de Montevideo dan cuenta de ello. Este lunes 13 de abril se registró un aumento del 5% en la venta de boletos. Respecto a la cantidad de vehículos que circularon por las calles, la comuna señaló que se registró un aumento de entre 7% y 13%, según la hora, en la rambla hacia el Centro, mientras que en avenida Italia el aumento fue entre 10% y 30%, también según la hora. Esos datos, que comparan la circulación de vehículos del lunes 30 de marzo con el lunes 13 de abril, fueron recabados a través del Centro de Gestión de Movilidad (CGM).

Conscientes de que este "afloje" era predecible, desde el gobierno –que no maneja ninguna normativa específica para asegurarse de que la gente se quede en la casa– impulsaron una campaña para incentivar (y en algunos casos obligar) el uso masivo de tapabocas como forma de evitar los contagios. "Vamos a exhortar, al uso de tapabocas de tela en todas las unidades del transporte colectivo. No sólo al personal del ómnibus o del taxi sino que cada uno de los pasajeros lo tiene que tener", informó Delgado este viernes.

Además, el secretario de Presidencia adelantó en esa oportunidad un "compromiso" que va en la misma línea: "aumentar las frecuencias, sobre todo en las horas pico". 

La estrategia

En medio de este contexto, las declaraciones de Asqueta a El Observador cayeron como otro incentivo a abandonar el aislamiento social. Pero eso fue rápidamente enmendado por el propio director general de Salud que, en entrevista con VTV, reforzó la idea del quedarse en casa.

"No se tiene que desprender de nuestras palabras la idea de 'bueno, que la gente salga y se contagie'. Es una locura. Todas las medidas hasta ahora, si salen grupos, es porque lo define el Poder Ejecutivo y el señor presidente", aclaró. Delgado en la noche también reforzó la idea.

La estrategia que los asesores del MSP plantearon es inmunizar de a poco a la población bajo las medidas que tome gradualmente el Ejecutivo. Si la gran mayoría de la población abandona la cuarentena preventiva, el plan fracasa. La medida solo puede tener éxito si el "efecto rebaño" –como le llaman algunos infectólogos a esta estrategia– sigue su lógica: mientras la mayoría se queda en casa, algunos grupos salen, a riesgo de enfermarse e inmunizarse.

"Los estadísticos y matemáticos que tenemos aquí le llaman un modelo tipo on/off. Como un aflojamiento de medidas y después un ajuste para volver al original. No sabemos por cuánto tiempo va a ser. No sabemos cuánto tiene que durar, pero sí que puede ser un modelo para manejar, modulando la epidemia", señaló Asqueta en la entrevista de este lunes, al comparar el modelo con un "grifo". 

Pero mientras el Ejecutivo le da los primeros giros a la canilla para dejar que corra un poco de agua –con el reinicio de construcción y clases–, enfrenta el desafío de que la canilla no gire de más. Por eso se insiste en la idea del "quedarse en casa" para poder llevar a cabo la estrategia gradual.

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