La resistencia al agua y al polvo son, quizás, dos de las características más valoradas por los usuarios de smartphones. Para identificar el nivel de resistencia de un móvil existe la certificación IP y para que posea el mayor grado de resistencia debe ser calificado como un IP68.
La certificación IP es un estándar creado por la Comisión Electrotécnica Internacional y se encarga de indicar cuál es el nivel de protección o resistencia de un teléfono móvil frente a determinados elementos como líquido o polvo. Ese grado de protección IP viene definido por una norma internacional (IEC 60529) y está formado por dos letras y dos cifras. Las letras IP son las iniciales de Ingress Protection; las cifras definen el nivel de protección: la primera representa la protección contra el polvo y la segunda contra líquidos. Como regla general, se puede establecer que cuánto mayor es el número en ambos casos, más protección ofrecerá el dispositivo.
Para certificar el nivel de protección de cada equipo, la norma IEC 60529 establece que este debe cumplir una serie de condiciones detallas en estas tablas:
Los niveles de filtración de sólidos (polvo) van del 0 al 6, mientras que la protección contra líquidos (agua) se mide del 0 al 8. En algunos casos, uno de los dos números de la certificación IP puede ser una X; esto significa que el dispositivo no se probó contra alguno de los elementos.
La certificación IP68 representa una protección completa frente al polvo y frente a inmersiones a líquidos superiores a un metro y durante 30 minutos.
La norma internacional IEC 60529 determina que para lograr este tipo de certificaciones, cualquier aparato electrónico debe superar con éxito dos pruebas:
El objetivo de las pruebas es comprobar que no se daña el interior del aparato tecnológico.
Para realizar las pruebas, tanto de la certificación IP68 como del resto de los niveles, se necesitan ambientes controlados con equipamientos acreditados por la IEC y en condiciones específicas. Esto puede implicar que no puede superar los 35 grados Celsius y una presión entre 86 y 106 kilopascales,según informó Xataka.
En cuanto a las pruebas para chequear la resistencia frente a los líquidos, estas suponen la exposición del aparato al agua en diferentes formas: goteos, agua rociada, chorros e inmersiones profundas en distintos períodos de tiempo. De la misma manera, tras cada prueba se verifica que el interior no se haya dañado.
En este video de Samsung, por ejemplo, se puede ver cómo fueron los tests realizados al Galaxy S7 y al Galaxy S7 Edge para certificar su grado de protección IP68:
La certificación IP68 supone una inmersión prolongada de unos 30 minutos en una nivel de 1,5 metros de profundidad, como es el caso del Samsung Galaxy Note 9. Sin embargo, ya existen terminales que superan esos valores. Por ejemplo, los nuevos modelos de Apple soportan hasta 2 metros de profundidad durante un máximo de 30 minutos.
El único fabricante que incluye dos certificados de IP es Sony, concretamente IP65 e IP68. Lo que significa que sus terminales, como el Xperia XZ2 Premium o el recientemente presentado Xperia XZ3, son resistentes tanto a ser sumergidos como a ser expuestos a chorros de baja presión (como una ducha, por ejemplo).
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