Así podría titularse la última encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco publicada en octubre de 2020. Un llamado, primero a los católicos, para que no se olviden de comportarse realmente como católicos. Y luego a todos los que les preocupe la situación del mundo. Es una voz que escuchan millones de personas y que por eso puede ser eficaz. En un lugar, el Papa hace una afirmación sorprendente: “A veces me asombra que, con semejantes motivaciones, a la Iglesia le haya llevado tanto tiempo condenar contundentemente la esclavitud y diversas formas de violencia”.Parece una frase de alguien con poco afecto por la Iglesia, pero no del Papa. En su contundencia, empuja a los católicos a decir ¡Ojo! ¡que no nos ocurra lo mismo con la pobreza y la miseria actual del mundo! Que no se nos olvide que 700 millones de personas están por debajo del umbral de pobreza, que pasan hambre, no tienen vivienda, no pueden educarse y carecen de medios para proteger su salud. ¡Y que en Uruguay hay más de medio millón de personas en condiciones de pobreza y vulnerabilidad social! ¡Que no se nos olvide!
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá