Junio de 2023 fue récord de temperatura. Julio va en camino La temperatura de los océanos nunca fue tan alta. Los hielos de la Antártida se están derritiendo más velozmente de lo que se sospechaba.
El planeta está más caliente de lo que haya estado nunca en 125.000 años. Es difícil imaginar 125.000 años hacia adelante. Es mucho tiempo. La crisis climática se ha acelerado. Y el Niño viene en camino. El sur de Europa con temperaturas por encima de 40º C, en Texas y México lo sufrieron hasta hace unos días, en Beijing y Shanghái lo mismo. La ciudad donde la humanidad inventó a la democracia está rodeada de incendios mientras los habitantes de África huyen de la aridez y la miseria intentando cruzar el Mediterráneo. En el hemisferio norte veremos una sucesión de olas de calor hasta setiembre castigando sin pausa.
Las inundaciones han castigado a India entre otras zonas del mundo y probablemente lleguen sobre Uruguay al final de la primavera. La cuenta del clima va a pesar cada vez más tanto por los daños que genera como por las inversiones urgentes que requiere mitigar el calentamiento y adaptarse a la crisis que ya se ha instalado.
En pleno invierno 20% de los campos de Uruguay siguen sin aguadas para los animales. Los frutales de hoja caduca que precisan frío para producir están desorientados, algunos con hojas sin caer aún, la incertidumbre productiva es alta. Las señales de la gravedad del tema son inequívocas. Pero lo grave es que es solo el comienzo.
Revertir la tendencia llevará décadas y billones de dólares. Y quienes deben pagar más son quienes más han usado energías fósiles. Es un aspecto de lo que se da en llamar justicia climática.
Gran Bretaña por ser la cuna de la revolución industrial en base al carbón, supo construir uno de los imperios mayores de la historia, EEUU con el petróleo supo llegar a ser la primera potencia económica. Los países de la Unión Europea también tienen una larga tradición industrial.
Por otro lado están los que más emiten en el presente: China e India.
Hay un compromiso latente pero no aprobado de un aporte de US$ 100.000 millones por año para acelerar la gran transformación imprescindible para llegar al 2050 o 2060 a la neutralidad de emisiones, emitir lo menos posible y capturar al menos la misma cantidad de carbono que se emite actualmente (52 mil millones de toneladas de carbono por año).
Pero las señales no son favorables. Estados Unidos dijo este viernes que "bajo ninguna circunstancia" pagará reparaciones a los países en desarrollo afectados por desastres provocados por el cambio climático.
El enviado climático John Kerry hizo las declaraciones en una audiencia del Congreso antes de viajar a China para discutir el tema.
El clima es urgente, pero el dinero para estabilizarlo, por ahora no aparece.
La cumbre UE Celac en la que Uruguay anunció su decisión de llegar a ser carbono neutral al 2050 marca un momento de oportunidad. Uruguay precisa una economía genuinamente pujante para embarcarse en ese desafío y no solo a través de las inversiones en hidrógeno. Los cupos que EEUU pone a la carne vacuna y la prohibición de la Unión Europea a la carne ovina con hueso no tienen más sentido. Uruguay debe entrar en EEUU y la Unión Europea con su carne con las mismas condiciones con que entra en China, es decir sin límites de volumen o de tipo de producto.
China nos ha comprado cuanta carne vacuna y ovina podamos venderle en libre competencia. Es una gobierno de partido único de la que sabemos muy poco, incluso en términos comerciales. Pero en términos de comercio, ha sido liberal. Es hora que los países desarrollados y liberales del mundo se pongan a la altura. Por ahora los países democráticos que siguen las amables doctrinas de Adam Smith nos imponen cuotas injustas, sin ningún sentido tanto en carne vacuna y ovina.
Estamos hablando de carne vacuna y ovina, verificablemente libre de deforestación, criada en campo natural con deforestación cero no enfrentara barreras arbitrarias. En este momento en que los productores uruguayos deben salir de una sequía con bajos precios por la debilidad de la demanda china, una negociación seria para ir ampliando los cupos de carne vacuna y carne ovina con hueso le daría a los ganaderos uruguayos, una señal de que a la hora de luchar contra el cambio climático hay reconocimientos que pagan y que la gravedad del calentamiento no se usa como excusa para sostener barreras comerciales que no tienen justificación sanitaria ni comercial. Para que Uruguay sea el ejemplo continental que puede ser, EEUU y la Unión Europea deben hacer un gesto de razonabilidad levantando barreras comerciales que por la dimensión de Uruguay no afectarán en nada a los productores europeos o norteamericanos.
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