Libre comercio y cambio climático, ¿contradicción o sinergia?

La agencia Europa Press relataba así el desaire del presidente brasileño: “El asunto que ha impedido a Bolsonaro encontarse con Le Drian ha sido un ´urgente´ corte de pelo, que el mandatario ha retransmitido en vivo a través de sus redes sociales, una muestra más de su actitud desafiante ante el gobierno de París, que también tenía intención de hablar sobre las políticas medioambientales de Brasil en vísperas a la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, que tendrá lugar el próximo diciembre en Chile”.

El canciller francés había llegado el lunes a Brasilia. Tras una jornada de trabajo con su par brasileño, en una rueda de prensa avisó que Francia condicionará la ratificación del acuerdo al cumplimiento de tres exigencias: la implementación del Acuerdo de París sobre cambio climático, el respeto a las normas ambientales y sanitarias francesas y protección para sus agricultores de sectores sensibles. Tal vez allí empezó a cambiar todo.

La actitud de Bolsonaro puede poner en peligro el acuerdo entre el Mercosur y la Union Europea, por la falta de respeto que significa y por la militancia de los agricultores franceses que consideran al tratado una amenaza y porque acusan a las autoridades europeas de tener una dualidad de criterios entre las exigencias ambientales que aplican en Europa y la situación que se vive en Brasil.

Bolsonaro ya había cometido un error al publicar en las redes que se reuniría con el “primer ministro francés” en lugar del ministro de Relaciones Exteriores. Y había dicho que aunque se iba a reunir “no lo iban  a derribar”. Allí daba a entender que no se detendría en su política de tala de la Amazonia, un proceso que escandaliza a los europeos y que se ha acelerado con el nuevo gobierno.

Como si quisiera realmente boicotear el acuerdo con los europeos, Bolsonaro avanzó al mismo tiempo en un acuerdo unilateral con EEUU, que por su parte está cada vez más enfrentado con China. Es decir que mientras, este jueves las gremiales rurales del Mercosur se reunían en Buenos Aires para definir como repartir el cupo de 99.000 toneladas acordadas, en Brasil la totalidad del cupo se ponía en riesgo.

Según Europa Press, el acuerdo que el presidente brasileño canceló a último momento “era clave para asegurar la entrada en vigor del acuerdo comercial con el Mercosur”.

Para Europa el tema cambio climático es especialmente imporante. Primero porque es tal vez el tema más importante para la agenda global dada su gravedad. La ciencia ya no ofrece dudas significativas al respecto, es un problema muy grave. Segundo porque la militancia para frenar el calentamiento del planeta no para de crecer. Tercero porque este mes de julio ratificó con temperaturas récord en varios países el impacto que tiene sobre la ciudadanía, varias ciudades vieron por primera vez en la historia marcar más de 40º en sus termómetros. Cuarto porque al mismo tiempo que se conocen que con el nuevo gobierno se ha duplicado la tala de Amazonia, los europeos ven atónitos como un mega incendio de más de tres millones de hectáreas arrasa la Siberia rusa. 

Allí el presidente brasileño tiene un problema interno. El INPE (Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales) oficial ha divulgado imágenes satelitales que muestran la aceleración en el talado de la Amazonia. De acuerdo al INPE, las alertas de deforestación emitidas por su sistema de detección en tiempo real (Deter) aumentaron en junio un 88% respecto al mismo mes de 2018. En los últimos doce meses, el aumento fue del 40%. Bolsonaro respondió desmintiendo parcialmente la información. “Parece que (la deforestación) está aumentando, pero no en la forma como se ha divulgado”, declaró. Este viernes, sobre el cierre de esta nota, el director del INPE, Ricardo Galvao, ya ha sido destituido. Otro caso de la muerte del mensajero.

El uso de pesticidas genera también diferendos crecientes entre Brasil y la Unión Europea. La nueva administración brasileña dio luz verde prácticamente a cualquier producto, habilitando 150 agroquímicos en pocos meses, de los cuales, más de 100 principios activos están prohibidos en Europa.

Para Francia es un tema especialmente delicado el del clima porque ha sido parte de la plataforma de su presidente Macron y porque el consenso científico y de políticas en torno al tema ha sido acordado en París.

El mismo jueves que  el canciller galo recibía tamaño desplante, Donald Trump avisaba que: “Trabajaremos para un acuerdo de libre comercio con Brasil. Brasil es un gran socio. Amamos la relación que tenemos con Brasil”, afirmó Trump. Da la impresión que el resto de las cancillerías del Mercosur se enteraron por la empresa de esta movida tan importante. 

Horas después del anuncio de Trump, el presidente brasileño ya se reunía con el secretario de Comercio de EEUU, Wilbur L. Ross Jr, para discutir el acuerdo de libre comercio y al mismo tiempo Bolsonaro cuestionaba el acuerdo con Europa. En declaraciones que divulgó la agencia china Xinhua, se menciona a Bolsonaro advirtiendo que: “Todo el mundo está preocupado con algunas trampas (en el acuerdo Mercosur-UE)”.

El acuerdo Mercosur Unión Europea puede significar para Uruguay un escenario nuevo, de muy estimulantes posibilidades,  pero parece claro que las políticas ambientales de Brasil resultan incompatibles para los europeos.  Para quienes soñamos con un mundo cada vez más integrado y abierto, pero a la vez con una humanidad que sea capaz de frenar la crisis ecológica a través de acuerdos que compatibilicen las libertades comerciales con los cuidados ambientales, que se encuentren los caminos de acuerdo es algo muy motivante. Pero por ahora parece que falta mucho camino por recorrer antes de dar este acuerdo fundamental para Uruguay pueda considerarse como un hecho consumado.