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Listas al Senado: Asamblea Uruguay va con Alianza Progresista y socialistas definen en las urnas
Con sus cuatro precandidatos ya dedicados de lleno a la campaña, los sectores del Frente Amplio encaran por estos días asuntos de estrategia electoral.
Además de las cuestiones programáticas, los repetidos actos y las intensas recorridas por los barrios, un asunto que empieza a ganar protagonismo en la discusión interna rumbo a octubre tiene que ver con las alianzas electorales y la compleja ingeniería detrás del armado de las listas para el Parlamento.
El lugar en las hojas de votación que los ciudadanos depositan en la urna es lo que al final define quién ocupará y quién no una banca en los siguientes años, y de ahí que las negociaciones sean tan intensas.
En la órbita del astorismo, las elecciones de octubre marcarán una ruptura respecto a 2009 y 2014, cuando el Frente Líber Seregni nucleó en una única lista a los sectores Asamblea Uruguay, Nuevo Espacio y Alianza Progresista.
Si bien el FLS se mantendrá como sublema en octubre, esta vez habrá listas separadas. Asamblea Uruguay (2121) y Alianza Progresista (738) acordaron ir bajo una misma nómina.
En las últimas semanas, ambas agrupaciones llegaron a un entendimiento y llevarán en primer lugar al ministro de Economía Danilo Astori –líder de la 2121– y en segundo lugar a la ministra de Turismo Liliam Kechichian –líder de la 738–. El Nuevo Espacio irá con una lista propia con Rafael Michelini a la cabeza.
Varios factores inciden en el cambio de estrategia, según dirigentes del FLS consultados por El Observador. Uno de ellos es la decisión del FA de presentar listas paritarias. Mientras que en el caso de Asamblea Uruguay, el fallecimiento de Daniela Payssé dejó al sector sin su referente en el Senado, en el Nuevo Espacio entienden que la paridad habría relegado a Michelini a un tercer lugar en una lista común del bloque, un asiento que –según admiten– está en “disputa”.
Domingo crucial
El Partido Socialista afronta una semana clave. Más de 2.600 dirigentes y militantes de la histórica colectividad de izquierda están convocados a votar el domingo sus nuevas autoridades en una elección que enfrenta al subdirector de la OPP, Santiago Soto, y al diputado Gonzalo Civila por la Secretaría General, comandada por la senadora Mónica Xavier.
Esa disputa, que se presume extremadamente pareja, definirá si el PS continúa dirigido por el ala “renovadora” –que apoya a Soto– o si da un vuelco a la izquierda y otorga una mayoría a los “ortodoxos” –que impulsan la candidatura de Civila–.
Aunque la gestión de Xavier –que en 2016 le ganó a Daniel Olesker por apenas 23 votos– procuró llevar a un mínimo las divisiones entre renovadores y ortodoxos y llegar a un consenso en temas de fondo, lo cierto es que persisten en el PS dos corrientes marcadas con visiones encontradas en varios campos, y que la elección del domingo determinará quién tomará las riendas.
La jornada definirá cómo se integrará la lista al Senado. Según fuentes del sector, la idea era definir los nombres por “consenso” para dar una señal de “unidad”, pero la falta de acuerdo entre renovadores y ortodoxos llevó a que se recurriera a las urnas.
A la hora de votar, tendrán dos opciones para el Senado. La A –presentada por las listas que apoyan a Civila– propone al exministro Daniel Olesker como cabeza de lista, seguido por Liliana Queijo, Enzo Malán y Gabriela Barreiro, con sus respectivos suplentes.
La B –de las listas que impulsan a Soto– propone en primer lugar a Xavier, seguida por Julio Bango, Daisy Tourné y Jorge Basso. Fuentes del sector explicaron que la más votada tendrá asegurado el primer lugar y luego se intercalará uno a uno entre ambas corrientes, respetando la paridad definida por el Frente Amplio.
