Leonardo Carreño

Los significados del premio a la ministra Arbeleche

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07 de enero de 2022 a las 21:38

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El premio como mejor secretaria de Estado de Finanzas de las Américas de 2021 a la ministra de Economía y Finanzas de Uruguay, Azucena Arbeleche, por parte de la prestigiosa revista The Banker, representa un indubitable reconocimiento personal y también institucional a la gestión económica del gobierno durante la inédita y compleja crisis que provocó la pandemia de covid-19.

No es un galardón cualquiera. The Banker es una publicación mensual de asuntos financieros internacionales, editada en Londres desde 1926, propiedad del grupo al que pertenece The Financial Times, una referencia ineludible para bancos, entidades financieras, instituciones multilaterales, bancos centrales y las carteras de economía o finanzas de todo el mundo, y, por tanto, una luminaria para los inversionistas internacionales.

La administración de Arbeleche durante la pandemia de 2021 y su agenda como presidenta del Comité de Desarrollo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) son los fundamentos para dicho galardón.

En primer lugar, una distinción al papel de Arbeleche en el estímulo al crecimiento y el cuidado de la estabilidad, en una etapa de una crisis multidimensional, significa un reconocimiento a una gestión macroeconómica responsable, una cualidad cuando se atienden las urgencias del momento, oteando el horizonte a la misma vez. 

La evaluación de The Banker, conocida el martes 4, significa un apoyo a la templanza en tiempo de crisis, a la firmeza en evitar medidas populistas que, como solo miran a ras del suelo, terminan minando el crecimiento de la actividad, la creación de empleo y conducen a un mal desempeño macroeconómico que ahuyenta a los capitales, pervirtiendo el porvenir. 

El manejo de la crisis en Argentina y Brasil son dos ejemplos contrastables y tristemente repetitivos de políticas voluntaristas y cortoplacistas que siempre terminan en más inestabilidad y escasez, además de fracasar durante la pandemia en el esencial manejo armonioso de “las perillas” de la economía y de la salud. 

En declaraciones que recoge un comunicado de la publicación, Arbeleche le confiere el mérito “a las sólidas bases institucionales y democráticas de Uruguay, a las políticas macroeconómicas responsables y transparentes llevadas adelante durante la pandemia”. 

Quizá por un exceso de modestia de parte de la ministra, minimiza la impronta personal, que también es relevante para la gobernanza y la transparencia pública. A nuestro continente le sobran ejemplos de gobernantes que hacen un mal uso de la ley y las instituciones políticas, dañando tanto el caminar de la democracia como el de la economía.

En segundo lugar, The Banker distinguió a Arbeleche por su compromiso en introducir instrumentos de deuda soberana y préstamos multilaterales que estén comprometidos con el cumplimiento de las metas medioambientales por el cambio climático. Es una consideración a una acción futura, desde su cargo en el Comité de Desarrollo del FMI y el BM, gracias a la credibilidad de la ministra por su conducta quijotesca para enfrentar al enemigo pandémico. 

La ministra interpretó además que la obtención del premio obedece a la “ambiciosa y progresista agenda de reformas” del gobierno. Si es así, esperamos que también se refleje en el seguimiento de las reformas establecidas en la LUC y otras muchas que no están contenidas en ella pero que son de urgente implementación.

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