Las indicaciones de Ligüera.

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Martín Ligüera, del debut a los 16 años a la presión de sacar campeón a Nacional

Los sueños de Ligüera, su forma de ver el fútbol, ¿jugaría con un enganche como él? Y una charla a principio de año con el coordinador de juveniles
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23 de marzo de 2021 a las 11:08

Martín Ligüera conoce de compromisos en una cancha de fútbol. El primero que tuvo fue a los 16 años. El 15 de junio de 1997 cuando el técnico de Nacional era Miguel Puppo, lo mandó al campo de juego del Estadio Centenario en un clásico frente a Peñarol por la Supercopa. Allá fue, aquel volante flaquito que creció en Florida a entreverarse entre los más grandotes. Recibió alguna patada de bienvenida, pero aguantó.

"La inconsciencia de ese debut, hoy lo pienso y fa, no sé cómo jugué ese partido. Con 16 años era un niño, hoy ves ya jugadores de 17 y 18 años y yo era más chico que ellos. La verdad que fue una experiencia hermosa que me va a quedar para el resto de mi vida" contó Ligüera a Referí en 2016, cuando fue elegido el Mejor Jugador del Campeonato Uruguayo Especial en la encuesta de Fútbolx100 de El Observador.

Mejor jugador de 2016 en la encuesta Fútbolx100

Pasaron 23 años y nueve meses de aquel día y Ligüera vuelve a la cancha grande, con otra gran responsabilidad: que Nacional gane el Campeonato Uruguayo 2020 en cuatro partidos. Con 40 años de edad y tres de experiencia como técnico de Tercera división, el presidente tricolor José Decurnex lo convocó de apuro para sustituir al despedido Jorge Giordano. Nacional tiene dos partidos para asegurar la Tabla Anual que lidera con cuatro puntos de ventaja sobre Liverpool: este miércoles a la hora 21.15 frente a Boston River en el Gran Parque Central y el fin de semana contra Deportivo Maldonado. En caso de lograrlo, definirá el título principal frente al ganador de la semifinal que jugarán Rentistas (campeón del Apertura) y Liverpool (campeón del Clausura).

Los sueños de Martín

Ligüera dirigiendo en Tercera.

Si bien el debut como jugador en Primera división fue abrupto y Ligüera se destacó en las selecciones juveniles durante el ciclo que condujo Víctor Púa en la década de 1990 (jugó por última vez en el Mundial Sub 20 de Nigeria 1999), tuvo que salir de Nacional para proseguir con éxito su carrera profesional. "Era una etapa difícil de Nacional. Entonces creo que se juntaron unos factores, yo tenía una  responsabilidad que de repente no estaba preparado todavía, pero no lo tomo como un paso negativo, me sirvió y hoy lo valoro mucho", dijo Ligüera en aquella nota con Referí.

Como futbolista pasó por la selección nacional en la etapa de Juan Ramón Carrasco, por muchos clubes (Cerro, Defensor Sporting, Fénix, Mallorca, Alianza Lima, Olimpia, Atlético Paranaense, entre otros) y volvió tres veces a Nacional: 2004, 2008 y 2016 para retirarse. Siempre fue campeón con los tricolores. Cumplió todos sus sueños, y también el de su padre.

"Siempre digo que uno siempre, cuando era chico soñaba con dos cosas: jugar en la selección uruguaya, jugar en Nacional y ser campeón con Nacional. Mi viejo toda la vida hincha de Nacional, el ídolo de él es Hugo De León y los logré. Después está en los detalles, podría haber jugado más allá, cuando empezás a hilar más fino, podía haber estado más en Europa, o podía haber andado mejor aquel lugar. Pero las dos cosas grandes que yo tenía de chico que soñaba cuando jugaba en el campito, las pude lograr. Cuando sos más grandes le agregás poder vivir de lo que te gusta, es es sentirse privilegiado hoy como está el mundo. Son cosas que me siente muy realizado con mi carrera" admitió.

"Siempre para adelante"

En 2017 se retiró y en 2018 comenzó su carrera como entrenador de la Tercera división de Nacional. ¿Cuál es la idea futbolística de Ligüera técnico? Así la explicó él, cuando ya llevaba más de un año en la conducción de Tercera, durante una entrevista con Referí:

"A mí me gusta tratar de salir jugando del fondo si se puede. No soy un obsesionado de que hay que salir sí o sí jugando, me parece que hay que ver las circunstancias, el terreno de juego... Acá en Uruguay una cosa es jugar en el Parque Central y otra, sin subestimar, en otro lugar y no quiero nombrar ninguna cancha. Me gusta el jugador que tiene criterio. Sí, la primera opción es salir jugando y le damos la forma de cómo salir jugando. Ellos tienen la posibilidad. Y si no se puede salir jugando, por cancha, por rival que te está presionado, no tienen por qué salir jugando.

Después soy de jugar con gente por afuera, le damos mucha prioridad a los extremos, buscamos mucha circulación rápida y que llegue a los extremos y que ahí haga el desequilibrio el extremo, con la pasada del lateral o el media punta.

Me gusta que arriesgue el equipo de la mitad de cancha para delante. No soy obsesionado de la tenencia. Si estás para tirar el pase de gol, tiralo. No me gusta usar la herramienta de tenencia como forma de que el rival así no la tiene. ¡No! Prefiero que mi equipo arriesgue, que presione sobre la pérdida. Obviamente no me agrada el abuso del pelotazo, pero no me gusta la tenencia de que hay que hacer tanto tiempo para… ¡Eso no! Respeto a todo el mundo. Es una forma que tengo de sentir, a mi me gustaba cuando agarraba la pelota e iba hacia adelante. Si no hay espacios, la tenemos, lectura de juego. Pero si hay espacios, hacia adelante. ¡Siempre hacia adelante!"

Así debe jugar un enganche

Además, sobre la posibilidad de jugar con un número 10 con las características que él tenía, en el fútbol moderno, Ligüera señaló:

"Obviamente que me gusta esa posición, pero no como jugaba yo. Me gusta esa posición pero agregándole más cosas de las que cuando me tocó jugar a mí yo hacía. No puede suceder que meta el pase de gol y me quede mirando; si la pierdo no puedo esperar que marque el de atrás; no me quedó lamentando porque fallé un gol, o no vuelvo el lugar. No me gusta el jugador que se queda lamentando porque falló un pase o un gol, me gusta mucho el que enseguida se engancha en la otra jugada, está presionando, pidiéndola de vuelta.

En referencia al enganche o al media punta, me gusta que habilite, que sea el amigo de todos, como les digo, que esté en todas las zonas, pero que llegue al área, que remate. Me gusta terminar el partido y decirles: ‘Dame números’: ¿Cuántas veces pateaste al arco, cuántos pases de gol metiste? O el extremo, ¿cuánta veces te le fuiste al lateral? Me quedo con eso, dame cosas según la posición en la que estás.

El agradecimiento de Viña

Uno de los futbolistas que siempre destacó la importancia que tuvo Ligüera entrenador en su carrera fue Matías Viña, el mejor lateral izquierdo de la última Copa Libertadores que ganó su equipo Palmeiras. En 2018 Viña se había ilusionado con jugar en Primera, pero el técnico Alexander Medina no lo tuvo en cuenta, por lo que bajó a jugar con Ligüera en Tercera. "Martín me ayudó bastante. Me decía que siga, que no bajara los brazos". Al año siguiente, Viña fue la figura de Nacional, del Campeonato Uruguayo y Nacional lo transfirió con una base de € 5,5 millones por el 50% de la ficha y puede llegar a € 7.750.000.

Matías Viña destacó la importancia de Ligüera en su carrera.

En 2019 la Tercera división arrasó con todo: ganó el Apertura, el Clausura y la Tabla Anual. El equipo de Ligüera se quedó con todos los títulos. Jugaban entre otros Guillermo Centurión, Lautaro Pertusatti, Renzo Orihuela, Thiago Vecino y Alfonso Trezza, futbolistas que ahora integran el plantel principal. En 2020 también dirigió a varios de los juveniles que fueron ascendidos este año, como Nicolás Marichal, Joaquín Sosa, Manuel Monzeglio y Santiago Ramírez. El torneo de Tercera del año pasado no terminó debido a la pandemia: Nacional ocupaba la tercera posición del Apertura jugadas 14 fechas, con seis victorias, seis empates y dos derrotas.

Ligüera aceptó este lunes de inmediato la oportunidad que le ofreció el presidente Decurnex después de cesar a Giordano. Según supo Referí, el ahora técnico del plantel principal tricolor habló a principio de año con el coordinador de divisiones juveniles del club, Sebastián Taramasco, y le dijo que el 2021 tenía que ser su año de consolidación y que necesitaba otro desafío. El mismo le llegó de manera inesperada y como todo desafío, tiene un cierto grado de riesgo. Pero así ha sido la vida de Ligüera en el fútbol: en el momento menos pensado, tiene la pelota frente al arco para definir.
 

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