Matías Abaldo fue titular en los primeros tres partidos del Mundial, contra Irak, Inglaterra y Túnez. Fue el autor del primer gol de los celestes, contra Irak, y luego sumó otro tanto contra los ingleses.
Estaba jugando en gran nivel, hasta que sufrió una lesión de meniscos y ya no pudo volver a jugar, pero se mantuvo al firme con sus compañeros y era uno de los más divertidos en los videos del vestuario o del ómnibus que se subían a las redes, cuando los jugadores se distendían.
Abaldo era el encargado de la trompeta invisible en la orquesta de la selección.
Esta semana el extremo se sumó a los entrenamientos de su equipo Defensor Sporting, con trabajos diferenciados a los del resto de sus compañeros.
Su situación clínica se analizará diariamente y los integrantes del departamento médico del club resolverán si se opera en los próximos días o luego del Torneo Intermedio.
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