Medio ambiente en Uruguay: entre la comparación internacional y una mirada hacia adentro

El análisis es realizado por la Universidad de Yale y analiza ítems pertenecientes a diez categorías distintas, como calidad del agua, calidad del aire, bosques, clima y energía, biodiversidad y hábitat, polución, recursos acuáticos, etcétera.

Brasil, Argentina, México, Chile, Colombia, Ecuador, Venezuela son algunos de los países de la región que están por encima de Uruguay en este ranking. 

En el ítem donde Uruguay saca ventaja en el ranking lationamericano es en la calidad del aire. Según el estudio, tiene los mejores números de la región (y está en el puesto 30 en el índice global).

También está primero y tiene un buen puntaje en el consumo de agua potable y saneamiento. 

Los problemas aparecen en la vitalidad de sus ecosistemas. Por ejemplo, de los 180 países analizados, Uruguay está en el lugar 163 en la categoría "biodiversidad y hábitat". En este caso, el ranking analiza las acciones de los países para retener los ecosistemas naturales y proteger la gama completa de biodiversidad dentro de sus fronteras.

Un ítem donde Uruguay está en el puesto 160 de los 180 analizados es en el índice de áreas protegidas. Según datos de la Dirección Nacional del Medio Ambiente, al 2018 representaban el 0.90% del territorio. En total representa 31.829 kilómetros cuadrados.

Un análisis más local

Si bien existen métodos para medir el posicionamiento de Uruguay respecto al mundo, hay algunos expertos en medio ambiente que prefieren otro tipo de mediciones. Una de ellas comparado con estándares locales. Y el tema central en este sentido es el de las cianobacterias.

Desde hace algunos veranos, la llegada de las cianobacterias empezó a preocupar a muchos operadores turísticos. Desde hace varios años se ha visto un aumento de la concentración de fósforo en el medio acuático que está relacionado a diversas actividades humanas, principalmente el uso de fertilizantes y detergentes. Esto fue alertado  por Aramis Latchinian, director de la Dinama en esa época, en 2003.

En 2019 siguió teniendo cifras preocupantes. Según el Observatorio Ambiental de la Dirección Nacional de Medio Ambiente, hay un decreto que determina que esta concentración debe ser igual o menor a 0,025 mgP/L. Las concentraciones en este caso superaban esos límites en las cuencas del Río de la Plata y el Río Uruguay, en embalses del río Negro y Santa Lucía y en la laguna Merín y del Sauce. Solo en la cuenca del Río Santa Lucía, el lugar donde hay menos concentración, alcanzaba una cifra de 0.158 miligramos de fósforo por litro.

Latchinian dijo a El Observador que el problema más grave de Uruguay "no es el cambio climático" sino el proceso de erosión del suelo y de eutrofización.
 
Este oceanógrafo y magister en Ciencias Ambientales dijo que estos temas deben ser discutidos a nivel interno. "Comprar un discurso global no es bueno".

Por eso, cuestionó que se destinen recursos al tema del cambio climático y abogó para que el gobierno tenga "un departamento de concentración de fósforo". 

El presidente de la Academia Nacional de Ciencias, Rafael Radi, había dicho en noviembre al portal 180 que Uruguay tenía que "poner un ejército de gente a trabajar en ese tema". "Hay que perderle miedo a que haya incorporaciones de científicos a las plantillas de los ministerios y de los entes", indicó.

"Tenemos generalizado en los discursos el cambio climático como el tema central. Pero en un análisis local el problema más grave es la pérdida de suelos fértiles, la erosión de suelo", comentó.

Apuesta institucional

La ley de urgente consideración busca darle otra relevancia al tema del medio ambiente. Para ello, se prevé crear el Ministerio de Ambiente cuyo cometido será la  formulación, ejecución, supervisión y evaluación de los planes nacionales de protección del ambiente, ordenamiento ambiental y conservación y uso de los recursos naturales.

El Instituto Nacional de Derechos Humanos había emitido una declaración en el que hace recomendaciones a la ley de urgente consideración y sugiere la creación de un ministerio específico en temas ambientales, que implicaría una "jerarquización de la institicuionalidad ambiental" a nivel nacional.

Asegura que en esa cartera se debe integrar competencias que hoy están dispersas en diferentes organismos (Ministerio de Vivienda, de Ganadería, Agricultura y Pesca, de Defensa, de Salud Pública y de Industria).  "En especial, resulta necesario evaluar la inclusión de competencias del MGAP, tales como los controles ambientales sobre el suelo y el agua, la gestión de recursos hidrobiológicos y del monte nativo, la autorización y el manejo de plaguicidas, así como la coordinación del sistema para la autorización de eventos transgénicos", dice el informe.