Culpen a la globalización o a internet o a la constante inmigración, pero gracias a eso la música ha adquirido ribetes cada vez más mestizos e interesantes. La unión de géneros dispares y la prevalencia de la electrónica teñida por señas de identidad regional son características que protagonizan dos de los últimos lanzamientos que tienen a la prensa global entusiasmada.
El primero es Future Brown, una suerte de supergrupo de la electrónica independiente que realizó un disco que refleja una suerte de Pangea futurista, llevado adelante por las máquinas y las voces de 18 cantantes en ascenso de tres focos artísticos principales: Nueva York, Chicago y Londres.
El segundo es Ibeyi, un dúo de gemelas originarias de Cuba y radicadas en París, que con solo 20 años realizaron un disco adictivo, que reúne su influencia afro-cubana con sonidos del hip hop, la electrónica y el jazz.
El color del futuro
Los integrantes de Future Brown vienen de diferentes lugares e hicieron primero mérito por cuenta propia. Fatima Al Qadiri (nacida en Senegal y criada en Kuwait), se forjó dentro de la electrónica y llegó al mundo del arte exponiendo en museos; desde Nueva York, Jamie Imanian-Friedman, conocido como J-Cush, lleva adelante el sello Lit City Trax, una plataforma que se jacta de apostar a la vanguardia, poniendo al frente sonidos regionales; mientras que Asma Maroof y Daniel Pineda conformaron en Los Angeles el dúo Nguzunguzu de hip hop y R&B.
Los cuatro productores se juntaron bajo un nombre que hace referencia a un color que no existe en el espectro, pero que promete, a través de su música, hacerse realidad.
Su disco homónimo se compone de una suerte de curaduría de géneros y artistas de vanguardia y mestizajes innovadores. Su gran destaque es Room 302, en el cual muestran un R&B electrónico y minimalista con la voz de Tink, cantante y rapera protegida del productor Timbaland (responsable de hits de Justin Timberlake, Madonna y una larga lista de artistas).
Ella también aparece en el primer corte del disco, Wanna Party, un hip hop con inflexiones trap. En el medio aparece un reggaetón cantado en español por Maluca, artista neoyorquina; una balada R&B y una enorme variedad de hip hops. Su mezcla es tan difícil de definir como el color al que evocan.
La raíz y la vanguardia
Si Future Brown es el futuro utópico musical, Ibeyi es un presente donde las culturas del pasado se mezclan con las costumbres y los hábitos del hoy. Naomi and Lisa-Kaindé Díaz son hijas de Angà Díaz, percusionista del Buena Vista Social Club, fallecido en 2006. Su influencia no fue directa: pasó tiempo para que las hermanas comenzaran a hacer música. Mientras que Lisa toca el piano y cita como referencias a Billie Holiday y Nina Simone, Naomi dedicada a la percusión es la pata electrónica y hiphopera del dúo.
Sin embargo, su mayor atractivo no son sus referencias conocidas, sino su mezcla entre la cultura yoruba, que llegó al nuevo mundo y arribó en los barcos que trajeron esclavos desde África, y los sonidos modernos. En sus canciones se entrelaza el inglés y los cantos en yoruba. Hay homenajes a las personas que ya no están e historias de abandono, marcados por la melancolía de los cantos tradicionales y una producción que enhebra casi imperceptiblemente la interpretación vocal del jazz con ritmos electrónicos. El resultado es sutil, hipnótico y atrapante.
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