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Mirando a junio, pensando en noviembre: la “tentación peligrosa” que cuenta con malos antecedentes

Politólogos advierten que las internas merecen un discurso distinto a las nacionales
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22 de enero de 2019 a las 05:03

Ir partido a partido o enfocarse en el campeonato, esa es la cuestión. En esa carrera de vallas que es el año electoral –que convocará a los uruguayos a las urnas en tres ocasiones distintas–, los precandidatos que se disputan la presidencia muestran diferentes estrategias para salir victoriosos al final del camino. 

Dentro del Frente Amplio y el Partido Nacional –los dos partidos que se disputan el próximo gobierno– los precandidatos que inician la carrera como favoritos dan algunas señales de estar jugando con un pie en junio y otro en la recta final de octubre y noviembre. En estos primeros meses de campaña, tanto Daniel Martínez (FA) como Luis Lacalle Pou (PN) han desarrollado un discurso enfocado en la importancia de los acuerdos y en la progresividad de los cambios. 

Martínez, por el oficialismo, reivindica la necesidad de “un salto de calidad” o “un nuevo impulso”, que reconoce los avances de los tres últimos gobiernos pero le permite ser crítico con algunos puntos de la gestión frenteamplista. Lacalle Pou, del lado opositor, se presenta como una opción de cambio para “evolucionar” pero sin escatimar en críticas al gobierno y al proyecto progresista que encarna, entre otros, Martínez, al que considera “agotado” y falto de reflejos.

Otros precandidatos han cuestionado ese perfil “conciliador”. Jorge Larrañaga, posicionado en segundo lugar en la interna nacionalista, dijo hace meses que “no hay lugar para gradualismos” porque el país “va barranca abajo”. Ernesto Talvi (Partido Colorado), a quien varios politólogos ven con un discurso poco orientado a las internas, dijo la semana pasada a Búsqueda: “estamos en el horno” si el próximo gobierno se limita a evolucionar. 

A Martínez, por su parte, le han cabido críticas desde el Frente Amplio por desmarcarse de ciertas decisiones del gobierno. Por ejemplo, dirigentes del MPP se molestaron con sus cuestionamientos al ministro del Interior Eduardo Bonomi, luego de que Martínez dijera que “vendría bien” un “cambio de nombres”. 

Primeras señales

Para identificar a un candidato que esté siguiendo una estrategia enfocada en el tramo final de la carrera basta preguntarse a quién van dirigidas sus palabras. Si la respuesta no está en el electorado partidario, es porque hay guiños a los votantes de octubre y noviembre. 

“Se ve cuando apelan a que son los mejores para convocar a un electorado más amplio que el de su partido, y para lograr que sus propuestas sean consensuadas más allá de su propia fuerza política”, explicó a El Observador el politólogo Antonio Cardallero, del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de la República, antes de lanzar su advertencia: “Cuando hacen ese discurso, a los candidatos les va mal”.

 

Luis Hierro López en 1999, Danilo Astori en 2009 y Jorge Larrañaga en 2004 y 2014 son “ejemplos” de ello, afirma Cardallero, aunque advierte que tanto Lacalle Pou como Martínez parecen entender esos antecedentes y actuar en consecuencia. 

“No creo que Lacalle Pou esté descuidando la interna”, señaló el politólogo, y añadió que en el caso de Martínez, la irrupción de Carolina Cosse (con el apoyo del MPP) llevó a su incipiente campaña a evitar esa estrategia. “Quizá sin el respaldo del MPP a Cosse estaría apelando más a ese electorado de las nacionales”, aseguró. 

El politólogo Daniel Chasquetti coincide en que la estrategia puede ser peligrosa, aunque –a diferencia de su colega– entiende que tanto Martínez como Lacalle Pou “están pensando en noviembre”, mientras sus contrincantes apuestan a junio. “Esta es una carrera por tramos (y ambos) están muy enfocados en noviembre”, escribió en su cuenta de Twitter. 

Federico Irazábal, sociológo y consultor en comunicación política, definió esa estrategia como una “tentación peligrosa”, ya que “el discurso para el votante de la interna es distinto”. 

Según los expertos, en la instancia de junio “pesa más la camiseta”, por lo que un mensaje que busque superar las fronteras partidarias puede tener “efectos contraproducentes”. 

“El electorado que va a votar a las internas es más cercano a los partidos, y además la participación de 1999 para acá cada vez va decreciendo”, señaló Cardarello. 

Talvi con la bandera colorada

Cuando se le consulta sobre el mayor ejemplo de un enfoque en las post-internas, Cardarello no duda en mencionar a Ernesto Talvi. 

“Más que al elector colorado, habla de algo que va más allá y llama a los ciudadanos a sumarse a su propuesta”, indicó. El precandidato, que se lanzó a su primera experiencia en política, está por detrás en las encuestas del dos veces presidente Julio María Sanguinetti, que aún no oficializó su participación en los comicios. 

Este fin de semana, la cuenta oficial de Ciudadanos –sector de Talvi– subió una foto suya durante una recorrida con una bandera colorada sobre sus hombros. En sus primeras salidas públicas, algunos colorados habían cuestionado la poca relevancia que le daba a los símbolos partidarios, destacándose los colores y motivos del sector Ciudadanos. 

 

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