El empresario multimillonario Barron Hilton murió este viernes en Los Ángeles a sus 91 años. El abuelo de Paris Hilton dejó un imperio hotelero que manejó durante décadas y una fortuna que ronda los US$ 3.000 millones pero, según quedó indicado en su testamento, su familia recibiría solo el 3%.
La muerte de Hilton fue anunciada por la fundación Conrad N. Hilton, imperio hotelero reconocido en el mundo que lleva el nombre de su padre, que fundó la cadena de hoteles en 1919.
Cuando su progenitor –Conrad– le ofreció un puesto como ascensorista y aparcacoches por US$ 160 semanales, Hilton se negó y trabajó por su cuenta en otros negocios. Se embarcó en una aventura como fotógrafo en la Marina al estallar la II Guerra Mundial, trabajó en una empresa petrolera, en el alquiler de aviones y fue fundador de la American Football League. Pero luego volvió a la empresa familiar y trabajó en los hoteles Hilton hasta llegar a la presidencia en 1996.
La decisión de Hilton en su testamento no fue sorpresa. En 2007 el magnate, que más allá de Paris tiene 14 nietos y ocho hijos más, declaró en la revista Fortune que su familia iba a recibir únicamente el 3% de su fortuna. En tanto el resto de la millonaria cifra que dejó –unos USD 2.900 millones–, irá para la Fundación Conrad N. Hilton.
“Mi fortuna personal actualmente asciende a US$ 2.300 millones (más de 2.000 millones de euros al cambio actual) y sea cuál sea su valor en el momento de mi muerte, mi intención es donar el 97% a la Fundación Conrad N. Hilton”, dijo el empresario en aquel momento.
Y Barron tomó el mismo camino que su padre, que tras su muerte en 1979 dejó buena parte de su riqueza a la Iglesia católica y a su fundación. En aquel entonces, según publicó El Pais de Madrid, su hijo logró revocar la decisión tras acudir a los tribunales para impugnar el testamento. En 1989 la justicia le dio la razón y se quedó con parte de la fortuna de la familia bajo el argumento de que su trabajo en Hilton había ayudado a su padre a enriquecerse.
La relación con Paris –mediática y conocida por sus participaciones en fiestas ostentosas– no fue del todo amena durante la juventud de su nieta. “Le ha dado vergüenza ver cómo Paris ensucia el apellido de la familia", escribió Jerry Oppenheimer cuando publicó el libro House of Hilton.
Pero más allá de lo que opinara su abuelo o el mínimo porcentaje que recibirá de su herencia, la neoyorquina ya ganó millones de dólares entre varias participaciones que ha tenido en películas, trabajos como modelo, negocios que encabezó o su participación en realities shows.
Tras la muerte de su abuelo, Paris le rindió homenaje en su cuenta de Instagram frente a sus más de 11 millones de seguidores: “Me entristece profundamente su pérdida. Era una leyenda, un visionario, un hombre brillante (...) Estoy muy agradecida de haber tenido un mentor tan increíble”.
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