Espacios más pequeños y reflexivos invitan al recogimiento: casi como "capillas" debajo de las fuentes, léase debajo de las anteriores torres, hay filmaciones de vida y nombres de los fallecidos, cada uno de ellos relatado por familiares o amigos.
En este sector no se permitían fotos , así como en un sector de recorrido posterior con muchísimo contenido de documentos, filmaciones, sonido recuerdos y objetos encontrados.
Sí podía registrarse los de gran escala como camiones de bomberos incinerados o bases de antenas...
Al final del recorrido donde se muestran los videos, el "antes" inmediato a la caída o el después, es de gran impacto; se ve gente emocionada y uno no deja de pensar cómo debe afectar ese recorrido escenográfico aunque respetuoso a quienes fueron afectados directamente en la tragedia. De hecho hay una caja de kleenex a la salida del circuito.
Más allá de lo obvio en cuanto a temática y cómo resuelven la exhibición y continente de la muestra, es elogiable el cambio de escalas, manejadas con volúmenes, texturas, iluminación, y las emociones e información que manejan para hacer la experiencia impactante, emocionante e irrepetible.
Como contraste total, el paseo se complementa con el ascenso al mirador de la ex Freedom Tower, actual One World Trade center: Otro recorrido impactante y ejemplificante de la magnitud de lo que significa la ciudad.
Un ascenso de 100 pisos por un elevador cubierto de leds laterales que muestran la construcción de la ciudad desde ese mismo punto de vista desde su fundación año 1600 hasta la época actual.
Y arriba te esperan con más efectos especiales: en un cuarto oscuro, todos alineados frente a pantallas de piso a techo y de unos 20 mts de longitud, donde proyectan escenas de barrios de la ciudad...para terminar levantándolos cual rollers, va entrando el sol, y te das cuenta que estás en ese preciso momento en el mirador con la ciudad a tus pies.
Vean fotos del recorrido increíble
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