La primavera aterrizó en la vuelta del Río de la Plata con mucha fuerza. Los primeros calorcitos a cielo despejado despiertan en la gente ese impulso casi instintivo de salir a la calle a disfrutar del aire libre. Una caminata por la rambla, unos mates en el Parque Rodó, una siesta en los muros de la escollera: la lista de actividades está a la orden del día.
La temporada de exposición al sol recién está empezando y es importante prevenir heridas en la piel y limitar el daño del sol. En 2019 la ciencia ya no tiene dudas y afirma que la radiación ultravioleta de la estrella más cercana produce efectos negativos en la piel, más allá de su aporte de vitamina D.
La conciencia sobre este tema llegó tarde. Desde la segunda mitad del siglo pasado, el culto al bronceado se extendió en la mayoría del mundo occidental y la obsesión por lograr el color deseado generó, en más de una piel, daños irreparables.
Uruguay no está por fuera: cada día se detectan ocho casos de cáncer de piel, según datos del Registro Nacional de Cáncer. Esto quiere decir que todos los años aparecen 2.824 casos. El 95% es curable cuando se descubre a tiempo, pero el ritmo avanza.
Néstor Macedo –dermatólogo, grado 5– advierte que no se trata solo de un tema estético y que el envejecimiento precoz de la piel es apenas una de las tantas consecuencias de exponerse al sol sin protección. La acción de los rayos UV deprime el sistema inmune cutáneo, o sea que todos aquellos agentes que defienden la piel de infecciones y tumores se debilitan sin posibilidades de repararse.
El sol es, además, el principal promotor de cáncer de piel, responsable de 130 muertes cada año en Uruguay.
Para Macedo, el momento de prevenir empieza en el año cero. Los niños están dentro del grupo de riesgo junto con las personas de piel clara, aquellos con lunares y manchas en la piel y también los que cuenten con antecedentes de cáncer de piel en sus familias, aunque ninguno es excluyente.
El dermatólogo explica que, aunque ya parezca una frase de cajón, un adecuado manejo de las horas de exposición es una de las tantas claves. No corre más esa trampa al solitario de "estoy yendo a caminar muy temprano, no es necesario ponerme protector" o "todavía no es mediodía, con un protector factor 15 arreglo hasta las 11 de la mañana". Excusas muy escuchadas, pero todas falsas. Macedo es categórico: "No hay un sol bueno para la piel". Hay, más bien, "horas menos malas", pero en todas es igual de importante protegerse.
El especialista explica que el factor de protección solar en los filtros y cremas debe tener un mínimo de 30, aunque el 50 es el recomendado por los médicos. También sugiere el uso de ropa y accesorios adecuados (gorro, lentes de sol). "Es importante cumplir con todas nuestras actividades al aire libre, es saludable, pero siempre con la protección necesaria y nunca al mediodía si es verano", dice Macedo.
Evitar "quedar rojo" por estar al sol es muy importante. No debe olvidarse que, detrás de la piel irritada, hay una herida. Macedo dice que es fundamental que los más jóvenes lo entiendan porque las heridas determinantes para la salud de la piel se producen entre los 0 y los 18 años de vida. "Los niños con entre 4 y 5 episodios de piel muy roja por el sol aumentan el riesgo de tener enfermedades cutáneas", asegura.
Ahora que comienza la temporada de sol, la recomendación es visitar un dermatólogo. Sobre todo en aquellos casos donde existan lesiones persistentes o ulceradas en la piel, o los lunares cambien de forma, crezcan o vayan mutando su color a lo largo de los días.
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