GENTILEZA: TEATRO SOLÍS

Nuestra vida

Tiempo de lectura: -'

14 de agosto de 2020 a las 05:04

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

No sé por qué pero muchas óperas tienen finales, tristes....No hace mucho tiempo me puse en contacto con un director de escena europeo. Le comenté que me dan pena algunos finales de óperas. En concreto, la representación de la muerte. Es verdad que forma parte de nuestra vida, pero....

He escrito un “pero” con puntos suspensivos. Con las óperas se han hecho grandes barbaridades con algunas incursiones escénicas. Así y sin tener el sentido de ofender, olvidan todo aquello que los compositores quisieron incorporar en sus obras. Tomaré, por ejemplo “La traviata” de Verdi. En una traducción libre se la llama “La extraviada”. No sé cómo ante un personaje tan romántico, olvidan lo del “pío ministro” y lo del perdón divino. Los directores de escena desconocen que ante la muerte los cristianos nos santiguamos, nos hacemos la señal de la cruz. Violeta entrega su alma en paz y sobran las manifestaciones cuasi histéricas.

En otra ópera que conocemos bien, la protagonista muere en escena. Una de sus amigas reza: “Madonna ...”. En cambio no se les ha ocurrido indicar a los hombres de “La bohéme” que ante el cadáver de Mimí tengan una reacción más cristiana.

Sé bien que mis consideraciones pueden parecer antidiluvianas. Pero no lo son. Me parecen poco cristianos la forma de representar los finales de “La traviata” y “La bohéme”. Me dirán quizás, que una cosa es la música y otra lo religioso. Acepto esa aseveración. Pero si somos respetuosos con los autores de estas obras tendremos que reconocer que ellos le dieron al final de esas vidas, un sentido cristiano.

Además no puedo dejar a un lado “il cordiale” que aparece casi al final de “La bohéme”. Era una bebida que se daba a los moribundos para aliviar los dolores.

Nuestra vida es un tesoro. Si en esta nota me he animado a nombrar con corrección algunos términos, deseo sinceramente que la vida sea respetada en lo cotidiano y siempre. Me parece muy triste cuando veo a unos compatriotas que no se quitan una boina o dan la espalda al paso de un cortejo fúnebre. ¿La realidad de la muerte nos da vergüenza o miedo?

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.