Roberto Cava De Feo
El comportamiento en la vida cotidiana > VIDA COTIDIANA
La noche cuando Salto y Concordia no durmieron
El mes de abril de 1923 llegaba a su fin. El vapor “Gral. Alvear” realizaba una fiesta a bordo. El objeto de la misma era recaudar fondos para la Sociedad de Beneficencia. La empresa naviera, Mianovich, puso mucho empeño y colaboración. Contribuyó con un esplendido cóctel y una de las orquestas. Estaba atracado en el puerto de Concordia. Todo estaba preparado para una gran fiesta en las cubiertas del barco. Comenzó la música y, en un principio, una sola orquesta ocupo la proa. Más adelante una segunda orquesta se instaló en la cubierta de popa. La imagen del buque iluminado quedó en la memoria de Orientales y Concordienses.
La fiesta duró varias horas y tanto en Salto como en Concordia los comentarios elogiosos quedaron en el recuerdo de todos. Esta importante actividad social quedó reflejada en el “Libro de Oro”, que era la guía social, en donde se anotaban, por ejemplo, los días de recibo de las distinta familias de la ciudad. Tuve la oportunidad de leer el ejemplar del mismo donde figura las descripción de tan importante hecho.
Hablando de espectáculos, el 13 de marzo de 1928, se anuncia que las butacas del teatro San Martín, de Concordia, tienen perchas para los sombreros. Es difícil que los adolescentes de hoy puedan imaginar el sitio donde estaban esos adminículos y cual era su necesidad. Estos se encontraban bajo los asientos. En cuanto a su necesidad venía dada porque en esa época era impensable que un caballero saliera a la calle con la cabeza descubierta. Por tanto estas perchas eran muy cómodas y útiles. Hay que comentar que alguna dama también tuvo que usar de ellas, sobre todo cuando se presentaban en el teatro con una espectacular capelina capaz de cortar la visión al escenario de una buena cantidad de espectadores ubicados a su espalda.
