Cartas de los lectores > OPINIÓN

Nunca más

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24 de febrero de 2020 a las 14:33

Por Gonazlo D. Cotelo Steneri

Estimado R. Elgue:

Por la presente deseo hacerte llegar algunas consideraciones sobre tus apreciaciones y las de otros que están en la palestra afines a tu postura.

Cuando te preguntaron sobre el desentierro de los restos de los desaparecidos (plan zanahoria hoy reconocido por Manini, TNU-G. Mayo). En principio se presume que él desenterró con sus propias manos dichos restos, ya que era oficial de ese batallón (N° 13) en aquellos años, y fueron solo los oficiales los que realizaron tal tarea. Sería bueno que él dijera qué hizo con ellos.

Y siendo ustedes coherentes con lo que dicen (Manini y tú) deberían buscar dichos restos (El Eslabón Perdido) y ayudar a reconstruir la historia próxima pasada para dar un manto de paz al tema y dejar un legado positivo a las nuevas generaciones diciéndoles “nunca más” (Zabalza ya lo hizo).

Es que siempre los que pierden son los civiles y los más pobres, los débiles de la sociedad.

Nadie en esos términos puede hablar, sentirse propietario y aun más continuador del ideal artiguista por el simple hecho de que lo evoca.

Serán los hechos los que determinarán tal continuidad.

Apelo a que “te pongas las pilas” sobre el tema y no mires lo que hacen los demás. Esa sería una conducta de humildad y real búsqueda de terminar con el tema de la mejor y única forma posible.

Ten en consideración que nuestra historia nacional fue hasta el siglo XX llena de guerras civiles y escaramuzas entre los blancos y colorados.

Pero hasta ellos (no existían las ideologías que surgieron a partir de 1917 y anteriores, afines con la misma) luchaban por lo mismo o similar: el derecho al poder y ser representadas todas las opciones en el gobierno. Eso se lo hace solamente por medio de la democracia y concomitantemente con la observancia de los derechos humanos totales.

Quedó puesto de manifiesto que esa dialéctica es una realidad crónica y no se la puede cortar.

Ninguna dictadura es buena, ni la actual boliviana, en manos de una mujer, ni otras.

Las dictaduras en nuestro país sobrevinieron cuando los blancos y colorados dejaban un flanco libre y surgían los militares y afines golpistas que buscaban el poder por el poder. Si no, preguntémosle al nieto de Baltasar Brum por qué tomó aquella altruista acción su abuelo.

 Hay que buscar la parte positiva de ellos y potenciarlos, maximizando sus beneficios para el común de la sociedad.

El Ejército y las Fuerzas Armadas todas son para defender a los uruguayos y no para agredirlo de la más vil y canallezca forma (como le gusta decir a tu padre político).

Sepan a su vez que si no respetan este pacto de no agresión en el futuro, los civiles solos u organizados tomarán las calles, pero esta vez se espera que lo hagan con el concepto y la convicción de la “no violencia”, como ya hicieron otros en el mundo y lograron sacudirse el yugo de los dictadores e imperialistas, que deseaban sojuzgarlos.

Unos en el pasado “europeos” y otros posteriores “americanos” y sus correlatos, como dijera Artigas –“Malos europeos y peores americanos”– sirve en el presente moderno.

Ya ves que esa concepción de volver a cometer el mismo error del pasado en cuanto a depender del imperio yanqui no es buena idea, ni otra que no sea actualmente la ayuda proveniente de España, que dejó de ser imperialista.

De ahí traíamos las armas mayoritariamente y no dejábamos que los yanquis nos impusieran sus condiciones.

Este devaneo político histórico con los yanquis no nos llevó más que a la pérdida de soberanía.

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¿Es que volverá la antigua Escuela de las Américas en su neoedición –la CHDS– desde la Defensa de EEUU? (sirve también para García). Recordemos que ahí se “educaron” los mayores psicópatas de las Fuerzas Armadas del país, quienes después se volvieron como perros rabiosos contra todo y todos en la sociedad, robando, secuestrando, matando, robando bebés, presionando a productores agropecuarios para que les “vendieran” sus campos al dinero que ellos tenían, y si no los mataban. Secuestraban sindicalistas y pedían rescate a los gremios, y después los mataban.

O quizás aquellos “duros” como el general neonazi Ballestrino, que les hacía a ustedes matar gatos con la bayoneta para hacerlos bien psicópatas y que no pensaran.

O tal vez aquel general Cristi que hizo desaparecer a varios y aun amenazar a una mujer embarazada.

Ese general psicópata mandó matar al contador que descubrió la corrupción con la marmolería del mausoleo de Artigas.

Por otro lado, el general Prantl –allá por 1982– era jefe de personal del depósito de una cadena de supermercados y se paseaba con su pistola en el cinto de acá para allá mientras los empleados cargaban los camiones con mercadería sin subir su lomo ni su vista. Aterrorizados, los más veteranos decían en voz baja a los nuevos: ¡ No levantes la vista, no lo mires!

Era de esos psicópatas, como muchos otros más que conformaban las huestes del entonces golpista dentro del régimen de Gregorio Álvarez.

 Y ahí no era cosa que existiera sedición o algo parecido, eran psicópatas camuflados y no camuflados que cometían un sinfín de canalladas y delitos a granel y diezmaron nuestra sociedad.

Eran dictadores psicópatas que no deseaban que se restableciera la democracia y mataron a varios uruguayos que se encontraban en Buenos Aires, como los parlamentarios Michelini y Gutiérrez Ruiz, y gremialistas que en conversaciones con militares no golpistas deseaban restablecer la democracia en nuestro país.

Siempre existieron excelentes militares en nuestra historia y aún en la más reciente, como el caso de Seregni.

 Yo entonces te pregunto: ¿se seguirá dejando que los “malos y psicópatas” militares, que los hay y se presume habrá en el futuro, puedan hacer de las suyas?

¿Limpiaremos el Ejército de esos perversos psicópatas que se vuelven en contra de la sociedad como una maldición histórica irremediable? ¿Estamos dispuestos a hacer un ejército digno del respeto de nuestra ciudadanía, a la que verdaderamente defenderemos? ¿Mañana reprimirán a la población y le procurarán toda clase de vejámenes habidos y por haber, como hoy pasa por ejemplo en Chile? ¿Le darán paso a las nuevas generaciones de la oficialidad que no tuvieron nada que ver en la dictadura, y aún más, los apoyaremos?

Sí existen militares dignos que buscan el bien del ejército y el país que los vio nacer, como Claudio Feola, Gerardo Fregosi y muchos más.

Existen también de los otros y ahí está el tema de la necesaria “operación limpieza”, que debe seguir realizándose. Es que aún seguimos en el recreo, y no precisamente jugando.

El recreo se les está acabando a otros que jugaron muy sucio, que desafiaron las instituciones democráticas y deberán presentarse próximamente ante la Justicia.

Pues bien, hoy te digo entonces que si estás de acuerdo con ello, debés comenzar por limpiar la casa. Me permito indicarte que deberías actuar bajo la ética de la convicción y demostrar que ustedes están dispuestos a realizar actos en ese sentido si realmente desean la paz para nuestro pueblo.

Pues bien quedará dicho: debés decirle a tu hermano que se entregue. Decile que se presente ante el fiscal Ricardo Perciballe que lo está esperando hace ya varios meses por el caso Vladimir Roslik (1984).

Ese es el perdón que te pide hoy la ciudadanía, los familiares y amigos del gran Vladimir Roslik, un humanista que nada tuvo que ver con nada, más que ser solidario con su pueblo y estar en el lugar equivocado y en el momento más inoportuno.

Por un “nunca más” entre orientales. He escrito en un tono mediático, quemando nombres. No es mi estilo.

*Soc. Clínico-Inv. Social

(Ex-cadete Esc. Militar – Gen.’82)

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