El economista tiene previsto abandonar CPA Ferrere el próximo año.

Economía y Empresas > Entrevista a Gabriel Oddone

Oddone: "Técnicamente hoy no hay espacio para una rebaja del IRPF"

El economista considera que la reforma de las jubilaciones quedará para el siguiente gobierno pero sostiene que eso, hoy, “no es un drama” para el país
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16 de julio de 2022 a las 05:02

Su nombre solía emerger dos por tres como uno de los potenciales candidatos a ser ministro de Economía y Finanzas (MEF) durante las administraciones del Frente Amplio (FA) del cual siempre fue votante, aunque con una visión “muy crítica”. Al economista Gabriel Oddone le queda poco, no sabe si un año o menos para seguir como socio y unas de las caras más visibles de CPA Ferrere. Un poco en broma dice que hoy ya ha delegado buena parte de su trabajo a su colega Alfonso Capurro, pero todavía tiene algunas tareas pendientes en las que estaba trabajando este jueves sobre las siete de la tarde cuando recibió a El Observador en su despacho. Cuando se le pregunta sobre incursionar en la política partidaria enseguida se cuestiona: “Para qué”, aunque no lo descarta de plano. Habló sobre los grandes números de la economía, la Rendición de Cuentas, la cotización del dólar, de su rechazo al anuncio de rebaja del IRPF y por qué considera que hoy no sería un drama que este gobierno no saque una reforma integral del sistema de jubilaciones.

¿Cómo vio los grandes números que presentó el gobierno en la Rendición de Cuentas? Ese incremento del gasto de US$ 226 millones, ¿es consistente con los supuestos de crecimiento que puede tener la economía uruguaya?
Los supuestos previstos por el gobierno y que están explicitados en el proyecto de Rendición de Cuentas lucen razonables para 2022, tal vez son un poco optimistas para 2023 y 2024 pero, en cualquier caso, no desmesuradamente. La impresión que tenemos es que en el marco de las restricciones que el país tiene por delante, las metas presupuestales que el Poder Ejecutivo se propone son plausibles. De hecho, las metas de crecimiento del PIB para este año (4,8%) son incluso un poco más bajas que las que nosotros proyectamos en CPA, que es de 5,2%. Para 2023, convergemos a un 3% y poco y luego por debajo de ese umbral para 2024, que es un poco volver al crecimiento potencial de la economía. En ese contexto, las metas de resultado fiscal estructural son alcanzables y, por lo tanto, nos parece un Presupuesto razonable para las metas de recaudación que explícitamente se manejan. También nos parece razonable la revisión (al alza) de la meta de inflación en la medida que el año pasado hubo una subestimación que ahora se corrige y se parece bastante más a la que nosotros tenemos. 

También se asume una mayor inflación. 
En nuestro caso, esperamos una inflación en torno a 8,9% y el gobierno 8,5%, dentro del margen de error. Aunque desde 2023 en adelante tenemos una mirada de una inflación que converge al 7% y se consolida allí, mientras que el gobierno implícitamente va a quedar por debajo de 6%. Ahí tenemos una pequeña discrepancia, básicamente por el escenario por delante, los objetivos y compromisos que asumió el gobierno. Llevar una inflación por debajo del 7% va a ser muy difícil. Implícitamente eso deja un mensaje en nuestro análisis de que otra vez  el Presupuesto pueda tener una sorpresa inflacionaria que, en algún sentido, termine ayudando al gobierno. En cualquier caso, es un Presupuesto alineado a las restricciones que tiene el país y luce prudente en un escenario donde políticamente nos acercamos al ciclo electoral. En un gobierno de coalición, es natural que  varios miembros empiecen a decir:  ‘Bueno, hay que incrementar gastos” en aquellos incisos en los cuales los representantes de esa fuerza política tienen representación en el Poder Ejecutivo o demandas para promover estímulos o rebajas tributarias.

Precisamente el presidente Luis Lacalle Pou ratificó que si la economía crece por encima de 3,8% este año –algo que hoy luce como bastante probable– habrá una reducción en la carga impositiva del IRPF y del IASS para 2023. ¿Puede esto comprometer la mejora lograda de las cuentas públicas que acaba de destacar?
El ajuste fiscal que el gobierno se planteó hacer ya lo hizo. Esa corrección de dos puntos del PIB del resultado fiscal está hecha. Eso es lo que deja por delante es que la relación deuda/PIB no va a estar creciendo, con lo cual el gobierno va a poder contar a quien lo mire de afuera, calificadoras de riesgo, inversores, que el resultado fiscal no está en una trayectoria insostenible y, por tanto, que Uruguay puede defender su grado inversor en un escenario más adverso. De todas formas, es importante que esa consolidación fiscal se afiance en esta Rendición, también en la próxima Rendición de Cuentas de 2023 porque el escenario de la economía uruguaya es de desaceleración. Alguien podría hacer una lectura un tanto ingenua y decir que estamos volando porque crecimos 8,3% en el primer trimestre en términos interanuales y este año vamos a crecer 5,2% o 4,8%.  Cuidado, si uno mira el crecimiento desestacionalizado (versus el anterior) crecimos 0,6%, eso nos da un 2,4% anualizado. Buena parte del buen desempeño que estamos observando es rebote sin considerar el deterioro externo que ahora estamos visualizando. Entonces, eso quiere decir que el sistema político no debería liberar cheques o debería estar dispuesto a mantener un Presupuesto austero si no quiere que el frente fiscal se le vuelva más complejo, que es lo que parece que este gobierno está respetando con esta Rendición. Lo que sí creemos, es que las presiones políticas sobre ese resultado fiscal mejor consolidado van a aumentar con el transcurso del tiempo. El barco por ahora parece estar bajo control y bastante unido. El gran desafío va a ser la última Rendición (2023) de este gobierno. Difícilmente el año que viene tengamos espacio, salvo un escenario internacional muy favorable, para aumentar el gasto o reducir impuestos. 

¿Considerás entonces que hoy no están dadas las condiciones para hacer ese anuncio de rebaja de IRPF y del IASS?
Te voy a dar dos respuestas. Una del analista de lo que opino y otra del ciudadano o una opinión menos vinculada a lo técnico y más vinculada al deber ser. En relación a la primera parte, es prematuro evaluar si ese espacio (fiscal) está. Más bien tiendo a pensar que ese espacio no está. Yo creo que no es el momento para relajar los ingresos que puedan comprometer las metas establecidas en materia de resultado fiscal. En mi opinión, no hay espacio en el que yo imagino ni para aumentar gastos ni para bajar impuestos. Por tanto, yo no transmitiría ese mensaje y, en todo caso, esperaría a ver el resultado.

Entre otras cosas, porque el escenario económico externo que estamos imaginando es menos favorable del que vimos y esos crecimientos esperados para los próximos meses podrían ser aún menores de lo que estamos viendo. Un escenario con tasas de interés más altas a nivel internacional, con menos ingresos capitales en la región, con un dólar más caro y precios de los componentes aflojando, claramente es de desaceleración. Entonces, creo que desde el punto de vista técnico hay buenas razones para reafirmar el mensaje que el Comité Fiscal Asesor del Ministerio de Economía y Finanzas ha puesto sobre la mesa que es un momento para fortalecer la prudencia. Por otro lado, más allá que es legítimo y que forma parte de los anuncios de campaña que el gobierno hizo en el 2019,  creo que bajar IRPF/IASS no es la mejor forma de introducir modificaciones en las cuentas públicas. Tiendo a pensar que en Uruguay sigue haciendo falta fortalecer la capacidad de protección social de algunos grupos que requieren más niveles de inversión en algunos ámbitos de la esfera del Ministerio de Desarrollo Social y de la educación para poder apuntalar reformas que protejan a la población vulnerable.

Por lo tanto, preferiría alojar recursos públicos en esa dirección, que en la dirección de relajar impuestos. Entre otras cosas porque creo que una rebaja del IASS, por ejemplo, está fuertemente concentrada en la población adulto mayor cuando en Uruguay el problema de vulnerabilidad social lo tenemos en la niñez. Por cada adulto mayor pobre que tenemos, hay nueve niños pobres. Por eso prefiero orientar recursos en esa dirección. Insisto que es legítimo que el gobierno quiera recorrer ese camino, aunque creo que técnicamente hoy no hay espacio para imaginar esa rebaja, aunque hoy no está sobre la mesa cuál sería su contenido ni cuál sería su costo. Presumo que no sería gran cosa y que, si se hace, sería algo más bien simbólico para cumplir con lo que se dijo que no solamente no se iban a aumentar impuestos sino que también se iban a bajar para algunos sectores de ingresos. Por cierto, es el 30% de la población el que paga impuesto a la renta, el 70% restante no está comprendido. 

¿Qué previsión tienen para el déficit para el cierre del período?
El resultado global que nosotros estamos previendo para el final del período (2024) es de 3% del PIB, frente al 2,5% (que tiene el gobierno). Creemos que se van a aproximar mucho a la meta fiscal pero no la van a alcanzar plenamente.  No obstante, hay que reconocer que el gobierno va a poder decir al final de su gestión: “Nosotros hicimos un ajuste fiscal (que tendrá que ser consolidado y revalidado) que no requirió aumento de impuestos”. Eso va a ser un discurso político que la coalición de gobierno seguramente ensaye.
 
Este semestre ingresará al Parlamento un proyecto de ley para reformar el sistema de jubilaciones. ¿Es la gran reforma para despejar la sostenibilidad de las cuentas públicas a mediano plazo? ¿Ve el consenso político necesario?
La reforma de la seguridad social es muy importante para la estabilidad fiscal de mediano plazo de Uruguay. En estos dos años, el país hizo un ajuste fiscal y a su vez fortaleció la institucionalidad fiscal creando la regla  fiscal y todo lo que la  rodea con el Comité Experto, el Comité Fiscal Asesor, etcétera. Creo que en todo ello se avanzó, pero en el tema más relevante que es despejar la incertidumbre fiscal a mediano plazo, que es atacar el corazón del financiamiento del sistema previsional, que es esa mala relación pasivo/activo; ahí todavía no tenemos nada sobre la mesa. Creo que sigue siendo imprescindible. Eso tarde o temprano el sistema político lo tiene que enfrentar. Sin embargo, lo que era una presión muy grande en 2019, hoy es menor. Y es menor por varias cosas, en primer lugar porque la posición fiscal mejoró en sí misma. En segundo lugar, porque la situación fiscal de los países que son pares de Uruguay en su calificación de riesgo o que son comparables empeoraron todos. O sea Uruguay, que era el peor de su clase, hoy está dentro del promedio. ¿Eso qué quiere decir? Que los que nos miran de afuera, inversores, calificadoras, reduzcan la presión para acelerar esas reformas estructurales y fiscales, en particular. No quiere decir que vaya a desaparecer. Quiere decir que si este período de gobierno no logra pasar la reforma no es un drama. Y yo tiendo a pensar que por estas razones y otras, es poco probable que la reforma salga en este período. Eso no quiere decir que el Poder Ejecutivo no la remita al Parlamento y que se discuta como pretende el presidente (Lacalle Pou).

Consideró como poco probable que pueda aprobarse una reforma integral de las jubilaciones en este período.

En el Parlamento se va a discutir intensamente pero probablemente no se puedan obtener los votos para eso. No me imagino al Frente Amplio votando la reforma que va a ser remitida en su totalidad por el Ejecutivo. Eso da lugar a que sea la coalición de gobierno la que tenga que contar con todos los votos. Y, en la medida que es una reforma comprensiva que va a abarcar, no solamente al régimen general del BPS, sino a todas las cajas, creo que al gobierno le va a costar construir un consenso entorno a esas cajas –que no son el corazón del problema–, pero es difícil pensar que se vaya a hacer una reforma del régimen mixto general y no se hagan en otras cajas que tienen jubilaciones por arriba del promedio. Que no se apruebe en esta gestión no será una amenaza para el grado inversor, pero el próximo gobierno no se escapará de dar una solución a este tema porque si no otra vez Uruguay va a introducir  incertidumbre sobre la sostenibilidad de su posición fiscal. 

En el último tiempo se ha manejado tu nombre como parte de un grupo político que está liderando Richard Read. ¿Tenés pensado incursionar en la política? 
El primer comentario es que formalmente mi retiro de CPA tiene que ocurrir antes de setiembre del 2023, porque es el momento que cumplo 60 años. ¿Va a ocurrir antes? No lo sé, tal vez sí. Como socio de CPA Ferrere no hay ninguna actividad política que yo pueda desplegar por razones obvias. Eso no quiere decir que yo como persona sensible a lo que ocurre en el país, no tenga una vocación por pronunciarme sobre temas del interés y bien público, cosa que siempre he hecho con el cuidado y a veces con el rezongo de algunos de mis socios por pasar un cierto límite. En mis planes, por ahora, no está en absoluto ingresar en la actividad política  partidaria. Eso no quiere decir que pueda ingresar en un rol de mayor protagonismo en la opinión sobre temas de interés general o temas de lo que debería hacerse sino qué no debería hacerse. Ahora,  ¿descarto esa posibilidad de incursionar en alguna actividad política? No, no lo descarto ¿dónde?, ni me lo he planteado. 

Sos una persona identificada con la izquierda.
Como todo el mundo sabe soy un votante del Frente Amplio de toda mi vida. Soy muy crítico en muchas cosas. Y, por lo tanto, si lo hiciera, lo haría en algún lugar vinculado a la izquierda. Yo con el Frente Amplio tengo algunas discrepancias y dudas respecto de algunas de sus definiciones.

Te fuiste del Partido Socialista.
Estuve afiliado marginalmente al Partido Socialista durante muchos años pero hubo algunas definiciones que tuvieron lugar hace algunos años que me terminaron de convencer que ese no era el lugar donde yo me sentía cómodo y calculo que  mis compañeros de partido tampoco se sentirían cómodos conmigo. Eso no quitó que yo siguiera siendo un votante del Frente Amplio. Respecto al grupo que se está armando, yo hablo mucho con Richard (Read) pero no hay nada en gestación que me involucre. Para hacer una actividad de este tipo uno tiene que tener ganas, tiene que tener la capacidad y tiene que tener ciertas condiciones familiares que se den. El interés y la motivación siempre la tuve también. Fui militante político cuando era joven y siempre he estado mirando la economía con una mirada política, digamos, no estrictamente tecnocrática. Esta vocación implícita está ahí. Segundo,  ¿tengo las capacidades? No sé si tengo la inteligencia emocional para jugar un partido como se juega ese y, tercero, no tengo para nada a mi familia alineada a una cosa de ese tipo. 

Claves

El problema fiscal “no está despejado” 
Los ajustes salariales acordados con los funcionarios públicos llevarán nuevamente a un crecimiento del salario real y a un incremento de las transferencias por jubilaciones. “El problema fiscal no está absolutamente despejado. Uruguay tiene que recuperar tasas de crecimiento más elevadas”, dijo Oddone. 

Inflación. Para Oddone será “muy difícil” bajar una inflación de 7% en lo que resta del período de gobierno por los objetivos y compromisos asumidos.  

El dólar debería continuar con su senda alcista en los próximos meses en línea con el fortalecimiento a nivel global. CPA prevé elevar previsión a $ 44 para fin de año. 

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