Secciones
Mercados
Últimas
Clima
Nunca es bueno alegrarse del mal ajeno. Pero lo cierto es que el mal argentino se está agravando, como era previsible con una fórmula presidencial en la que el vicepresidente elige al presidente y no al revés, como ocurre en todas partes del mundo. A medida que pasan los meses, se va notando claramente dónde reposa el poder. Y más aún en un país con una institucionalidad muy débil, donde la separación de poderes está siempre en duda, donde la justicia no es independiente salvo contados casos y siempre se acerca al sol que más calienta.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor? iniciá sesión aquí
Por Fernando González
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Registrate gratis y seguí navegando.
¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.
Pasá de informarte a formar tu opinión.
Suscribite desde US$ 345 / mes
Elegí tu plan
Estás por alcanzar el límite de notas.
Suscribite ahora a
Te quedan 3 notas gratuitas.
Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes
Esta es tu última nota gratuita.
Se parte de desde US$ 345 / mes
Alcanzaste el límite de notas gratuitas.
Elegí tu plan y accedé sin límites.
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá