La locomotora carbonera se echó a andar. La era profesional del rugby uruguayo comenzó el miércoles con una cómoda victoria de Peñarol Rugby ante Corinthians 45 a 14, en el primer y único amistoso antes del arranque de la Súper Liga, el miércoles que viene ante Selknam de Chile.
Con la curiosidad de una pareja que recién empieza a conocerse, así fue el vínculo con la hinchada, las aproximadamente 4.000 personas que se acercaron al Charrúa.
Muchos llegaban vestidos con la aurinegra y sin saber qué esperar de un partido de rugby, otros como fanáticos de la ovalada pero sin saber qué esperar de un equipo de camiseta amarilla y negra con una pelota de rugby. La mayoría llegó sobre la hora, por lo que se perdieron una sencilla presentación del plantel.
La extrañeza de la primera cita se notó en un silencio extraño para un partido de Peñarol. Expectante, el público miró, analizó qué esperar de esta nueva relación.
Y en la cancha, sin ser una maravilla, Peñarol le dio motivos a la gente para convencerse de que es un proyecto serio y con futuro.
El mix de Teros experientes, Teritos que piden pista y extranjeros sólidos para este nivel fueron mucho para Corinthians demasiado parecido a la selección brasileña, con ese estancamiento que empiezan a mostrar Los Tupis (la selección de Brasil).
Costó un rato sacudirse la modorra de la pretemporada, pero cuando lo hizo, Peñarol le tiró encima a Corinthians toda la potencia de sus forwards, incluso cuando es esa la principal fortaleza de los brasileños.
Eso, una defensa sólida y un buen juego de pie de la pareja de medios Santiago Arata y el sudafricano Bradley Thain, explicaron el 28-0 con el que se fueron al descanso.
En el complemento llegó la andanada de cambios, Peñarol perdió un poco de intensidad, Brasil recuperó dominio en los forwards y el partido se emparejó. Algunos chispazos de Raffaelle Storti, la joya juvenil europea, y el liderazgo de Alejandro Nieto, que apoyó dos tries (el primero de la historia de Peñarol), fueron lo más destacable.
El score se cerró en 45-14, pero eso era secundario. Lo importante es que la primera cita entre Peñarol y el rugby dejó lugar a la ilusión. El amor se empezó a construir.
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