El mayor empuje de los precios al consumo en el último año y un menor incremento salarial producto de la crisis económica provocada por la pandemia, afectaron la capacidad de los hogares para el acceso a bienes y servicios.
Según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este lunes, el poder de compra de los hogares se contrajo 2,4% en los 12 meses finalizados en julio, lo que implica una aceleración respecto a la caída de 1,9% del año móvil anterior.
Si bien el ritmo de caída del salario real aumentó respecto al mes de junio, todavía se encuentra por debajo del tropezón de 3,1% interanual que tuvo lugar en mayo. Esta última, se trató de la mayor caída que tuvo lugar en el indicador desde diciembre de 2003, cuando aun el mercado laboral acusaba los últimos impactos de la mayor crisis económica que enfrentó el país.
La aceleración en el ritmo de caída del último mes se explicó principalmente por un menor crecimiento del salario nominal, que en los 12 meses a junio aumentó 8,2% y en julio mostraba una tasa de aumento interanual de 7,5% en promedio.
En el último mes, en particular, la inflación cedió levemente y pasó de un registro interanual de 10,3% a junio, a 10,1%. Sin embargo, cuando se compara con los niveles inflacionarios de un año atrás (7,5%), el aumento del costo de vida explica prácticamente en su totalidad la pérdida de poder de compra de los hogares asalariados.
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