Empezamos el Pícnic! de hoy y arranco con música, porque las notas organizadas en melodías nos cambian la vida. Hace poco leí la historia de una amante de la música clásica, una joven DJ y conductora de radio de la BBC, quien en plena pandemia sufrió un derrame masivo en el lóbulo frontal izquierdo de su cerebro. A los 39 años, con un hijo de uno y otro de cinco, de un día para el otro ya no pudo ver, moverse o hablar. Luego de varias cirugías y semana tras semana de rehabilitación, Clemency Burton-Hill comenzó a recuperar algunas de sus funciones vitales, pero la parte derecha de su cuerpo permanece paralizada, así como sigue afectada su capacidad de hablar que recupera lentamente, casi al ritmo que le lleva a un niño aprender a hablar desde cero.
Poco antes de su derrame, Clemency había escrito el libro Year of Wonder: Classical Music to Enjoy Day by Day, en el que sostiene que una dosis diaria de música es una forma recomendable de “mantenimiento” del alma. Burton-Hill es fanática de Bach; al principio, escuchar sus exquisitas composiciones le generaban una tristeza enorme, hasta que se dio cuenta de que también para ella sería la salvación del alma y así se convirtió en la banda sonora de la supervivencia. Así lo relata en su programa de la BBC (en inglés), en el que describe su camino para “recuperar al Bach de mi interior”.
Para algunos es Bach, para otros es Paul McCartney y para algunos tal vez sea Charlie Watts, el legendario baterista de los Rolling Stones que musicalizó tantas bandas sonoras vitales y que murió ayer a los 80 años y con más de 60 en la banda. Somos una especie cuyo ADN está salpicado de música; aprendimos a ser humanos al ritmo de sonidos que surgían de instrumentos ensayados a partir de elementos naturales, alrededor de un fuego primigenio que nos hacía sentir tan protegidos como la propia música. Somos humanos porque heredamos nuestras historias en palabras y en notas que cantamos.
Soy Carina Novarese y esta semana me gustaría que me cuentes cuál es la banda sonora de tu vida y qué música crees que sobrevivirá al paso del tiempo y a los gustos disímiles de cada generación. Gracias por acompañarme.
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