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Porto Seguro: playa, historia y fiesta

En Bahía se suma un increíble bagaje histórico al ser la primera región en la que desembarcaron los portugueses. En Porto Seguro se agrega, además, la fiesta. A continuación, los invito a recorrer –y bailar– un destino repleto de arena, música y colores vibrantes
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16 de enero de 2020 a las 05:00

[Por Lucía Rodríguez Alpino]

 

Llegar a destino fue un viaje rápido de una única escala: dos horas y media de vuelo hasta San Pablo y tres hasta Porto Seguro. Ansiaba sentir el calor que auguraba el pronóstico de los próximos días y lo confirmé apenas aterricé en el aeropuerto. Porto Seguro es un destino turístico para los fieles a la playa y al sol y –tal como lo iba a descubrir después– es también el lugar perfecto para los fanáticos de la fiesta y la diversión.

Me anticiparon que sería un viaje donde se conjugaría música, cultura e historia. Catalogada como “la puerta de entrada” al país, Bahía fue la primera región en la que desembarcaron los portugueses, por lo que fue el inicio de lo que hoy conocemos como la República Federativa de Brasil. Apenas llegamos a Porto Seguro nos invitaron a conocer las construcciones del centro histórico. Las edificaciones del casco están protegidas por el Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional. Visitamos el Marco do Descobrimento, la Iglesia Nossa Senhora da Pena, la Iglesia Nossa Senhora da Misericórdia y la Casa de Câmara e Cadeia. Nuestro recorrido fue acompañado por un guía turístico que nos ayudó a contextualizar la historia del lugar. En 1500, con la llegada a la costa del sudeste brasileño del navegante Pedro Alvares Cabral, se desató el proceso de colonización portuguesa, específicamente donde hoy se encuentra el actual municipio de Porto Seguro. Salvador de Bahía fue la capital portuguesa de Brasil y los vestigios de la colonización se extienden por la región.

 

Vuelta a la secundaria

Invitada por la operadora de viajes Forma Turismo, llegué a la Costa do Descobrimento a principios de octubre, justo a tiempo para presenciar uno de los eventos más importantes del año: la llegada de miles de jóvenes en lo que denominan los viajes de formatura. Se trata del Festival Juvenil más grande de Brasil, que ocurre todos los años en Porto Seguro y recibe a miles de egresados al año de distintos puntos de Latinoamérica.

Porto Seguro sustenta su economía en el turismo y es considerada la ciudad de Brasil con más cantidad de hoteles por metro cuadrado. Para mi sorpresa es una de las ciudades brasileñas con más camas (más de 47.000) y cuenta con cerca de 600 instalaciones de alojamiento. Tras conocer el destino e investigar las opciones disponibles, concluí que el perfil del viaje lo define, en una primera instancia, la elección del hospedaje, que fluctúa entre la tranquilidad de una posada o el lujo de un gran resort aislado. En julio y en octubre la ciudad se llena de visitantes jóvenes, pero es un destino disfrutado también por familias y parejas durante todo el año. La estadía generalmente ronda entre tres o siete noches, dependiendo del objetivo del viaje.

Acompañada por un grupo de periodistas nos alojamos en Nauticomar All Inclusive Hotel & Beach Club, a dos cuadras de la playa, que cuenta con un parador exclusivo al que se accede a través de un transfer que parte diariamente de la gran infraestructura color naranja del hotel hasta la arena blanca de la playa.

Una vez que asumí los veintipico grados de temperatura, elegí una solera fresca y emprendí a la aventura en las playas de Porto Seguro, que gratamente me sorprenderían. Apenas tocamos la arena fuimos a la Cabana Estrela do Mar, donde el panorama reunía jóvenes, frutas exóticas y una excelente variedad de comida de mar, y eso fue lo que reinó durante toda mi estadía en la costa del sudeste brasileño.

 

Diversión asegurada

Para Porto Seguro, Forma Turismo significa dos cosas: movimiento y trabajo. Con más de veinte años en actividad, la operadora convirtió a Porto Seguro en el destino elegido por los egresados que despiden sus obligaciones estudiantiles en la playa, rodeados de fiesta y diversión. Los locales los reciben gratamente, tanto a la agencia como a los viajeros. En cada temporada los servicios de la zona se refuerzan con personal de servicio, seguridad, enfermeras y conductores que llegan para acaparar la demanda. Actualmente el turismo estudiantil representa alrededor del 15% del volumen de pasajeros que Porto Seguro recibe anualmente. Solo Forma Turismo embarca 60.000 visitantes al año, acaparando más del 95% de la cantidad total de egresados que llegan al destino para celebrar su graduación.

Podría suponerse que la cantidad de jóvenes implicaría descontrol pero, lejos de esa realidad, Forma Turismo prevé una flota de 641 coordinadores y 320 monitores dedicados a cuidar a los pasajeros y al lugar. Además, los estudiantes cuentan con una identificación llamada Forma Smart Pass, que –a través de un sistema de pulseras– procura mantener el control y el orden en cada actividad. En “territorio Forma” (así lo llaman) los jóvenes cuentan con traslados, hospedaje, propuestas gastronómicas y boliches para vivir una experiencia única y exclusiva.

 

Arena blanca

Porto Seguro cuenta con increíbles atracciones naturales y se destaca por preservar la biodiversidad y el cuidado de su riqueza natural. La ciudad ofrece un sinfín de playas para disfrutar entre los distritos de Porto Seguro, Arraial D’Ajuda, Trancoso y Caraíva. En sus 85 km de costa se destaca Praia do Espelho, Praia dos Coqueiros, Praia dos Nativos, Praia do Rio da Barra, Praia de Taípe, Praia de Pitinga, Praia de Mucugê, Praia de Taperapuan, y Praia do Mutá.

Aunque no pudimos presenciar el espectáculo, el municipio de la costa sur de Bahía ofrece el avistamiento de ballenas jorobadas. La temporada comienza en julio y se extiende hasta mediados de octubre. Ente los programas marítimos se encuentra el Recife de Fora, un parque marino protegido por la ley municipal. El recorrido invita a ver especies raras de corales –como el cerebro y el fuego– además de peces, moluscos y tortugas marinas. La actividad dura aproximadamente dos horas y media en un paseo por escunas (barcos) y es muy recomendada por los lugareños.

 

Mar al plato

Una de las paradas obligatorias en Porto Seguro es el famoso Quadrado de Trancoso, un pintoresco punto turístico que reúne restaurantes y tiendas muy variadas.

Al ser fanática de la comida de mar, esperaba que el destino me sorprenda con una ruta gastronómica llena de mariscos, y así fue. Los paradores y restaurantes cumplieron con mis expectativas. Entre los platos destaco la famosa Moqueca, un estofado de pescado, verduras y leche de coco.

En cada visita los lugareños nos cuentan que en 2013 Beyoncé eligió Porto Seguro para vacacionar, un hecho que los locales narran siempre con orgullo.

Dona Marinalva, dueña del restaurante Cabana Itaoca na Praia dos Coqueiros, nos recibe con la simpatía propia de los locales. Nos sugiere la especialidad de la casa: camarão na moranga, una calabaza servida con camarones y distintos acompañamientos como arroz y ensalada, que llega a la mesa con una presentación inédita de colores.

En la zona también se encuentran propuestas gastronómicas de cocina internacional como italiana, argentina y española. Sobre la empedrada calle Passarela do Álcool se ubica la Sorvetería Coelhinho, fundada por el chef italiano Bruno Maremmani. Van a reconocerla por su fachada, que tiene un simpático conejo en bicicleta que llama la atención de los turistas. Los helados son preparados con productos naturales y elaborados artesanalmente como un auténtico gelato italiano.

La Passarela do Álcool –también llamada Passarela do Descobremento– tiene la particularidad de ser una de las calles más concurridas y famosas de la zona. Los bares, restaurantes y tiendas cobran vida en pequeñas casas coloridas que conservan su espíritu colonial y, a pesar de que se respira un ambiente descontracturado, tienen un marcado horario de cierre. A las diez de la noche las tiendas cierran sus puertas y los turistas no encuentran otra opción que trasladar la diversión a un nuevo rincón. El ambiente es relajado y festivo, por lo que es el momento perfecto para aventurarme a probar la capeta, una bebida típica del lugar. Me recuerdan que detrás del dulzor de la leche condensada, la pulpa de guaraná, el chocolate y la canela, se esconde el vodka. Según los locales un trago de capeta es suficiente para continuar la fiesta en las grandes discotecas, como lo es la Forma Music Park. Los días se disfrutan con música, fiesta y el agradable sol brasileño. Les advierto que cuesta despedirse, y mucho.

 

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