“Vísteme despacio que tengo prisa”, le espetó el rey Fernando VII al ayudante que, en el apuro, no lograba hacer bien su tarea. “Festina lente” (“apresúrate despacio”) le gustaba decir al emperador romano Augusto. La interpelación de esta semana a Luis Alberto Heber, que lideró desde el Ministerio de Transporte y Obras públicas las negociaciones con la empresa Katoen Natie, puso de manifiesto la actualidad de la viaja sentencia. El apuro suele ser un mal consejero.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá