Nos ha pasado a todos: oímos una canción, nos parece memorable, nos suena el ritmo y puede que hasta la tarareemos... y media ahora después, todavía la tenemos en la cabeza, a pesar de nuestros desesperados esfuerzos por olvidarla.
Es la maldición de melodía pegajosa que se ha atrincherado en tu cerebro.
Pero, ¿por qué ciertas canciones son tan persistentes? Y aún más importante, ¿cómo puedes sacártelas de la cabeza?
El psicólogo especializado en música Lauren Stewart, del centro Goldsmiths, de la Universidad de Londres, tiene algunas respuestas:
Las canciones con una estructura melódica simple, es decir, cuya tonada presenta un patrón de altibajos, son aquellas a las que nuestro cerebro se aferra con más facilidad.
Estos "arcos melódicos" son comunes en las canciones infantiles, como Estrellita, ¿dónde estás? pero también las encontramos en muchas canciones pop y de música clásica.
Los "saltos melódicos" inusuales o inesperados también resultan pegajosos. Bad Romance, de Lady Gaga es un buen ejemplo.
Puede que no te sorprenda leer que mientras más frecuente y recientemente hayas estado expuesto a una canción, más probabilidades hay de que se te quede en la cabeza. De hecho, la gente que canta y oye mucha música tiende a tener melodías pegadas más a menudo.
Pero, ¿cuáles son las canciones que más problemas dan?
Aquí hay una lista de melodías pegajosas en inglés, pero te lo advertimos, ¡puedes tener problemas intentando quitártelas de la cabeza!
La mejor manera de combatirlas es distrayéndote con otra cosa, pero eso es algo más fácil de decir que de hacer. Para nuestra suerte, este es un asunto que ha sido estudiado por los científicos.
Los investigadores descubrieron que la gente tiene una serie de técnicas para quitarse melodías de la cabeza.
Puede sonar a remedio casero, pero mascar chicle es tal vez el enfoque más científico para la erradicación de una melodía pegajosa y existen estudios médicos que avalan esta teoría.
El mascar le da trabajo a tu boca y la mandíbula.
Al mismo tiempo, los científicos saben que tu corteza cerebral premotora (que se encarga de planificar las acciones, entre ellas, de tu boca y mandíbula) está en acción cuando cantas dentro de tu cabeza.
Así que, al darle trabajo con una actividad alternativa como mascando chicle, estás deteniendo las canciones en tu cabeza.
Tenemos cientos de miles de tonadas almacenadas en nuestra memoria a largo plazo y algunas regresan en busca de venganza.
Pero, ¿y si esa música fuera el salvapantallas sónico de nuestro cerebro?
Lauren Stewart afirma que si recordamos una tonada de manera espontánea, podría ser la forma en que nuestro cerebro nos "da un codazo"para brindarnos un poco de estimulación extra cuando nuestro nivel de consciencia cae.
Pero, ¿podría una melodía pegajosa salvarte la vida?
Sabemos al menos de un caso: después de un accidente de montañismo en los Andes peruanos, el alpinista Joe Simpson se quedó solo y luchando por su vida.
Varado, congelándose, con una pierna rota y pocas esperanzas de ser rescatado, empezó a perder la consciencia a ratos. Por si eso no fuera bastante sufrimiento, una molesta canción de 1970 se instaló en bucle en su cabeza: Brown Girl in the Ring, de la banda alemana Boney M.
"La oí una y otra vez durante horas", recuerda Simpson, "Me pareció muy fastidioso. Pensé, '¡Maldición!, Voy a morir con Boney M!"
Pero no, esta melodía irritante le ayudó a mantenerse despierto y vivo. ¡Sha-la-la-la-lá!
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