Las fuerzas de seguridad continuaron este miércoles con la represión contra los manifestantes en Sudán por tercer día consecutivo, en una oleada de violencia que ha causado ya un centenar de muertos, mientras el presidente de la junta militar que dirige al país, Abdelfatah Burhan, ofreció "diálogo" a la oposición. Sin embargo, los líderes de la protesta popular sudanesa contra el régimen militar rechazaron este miércoles la propuesta de intercambio del régimen.
Según el último balance del Comité Central de Médicos, al menos 101 personas han muerto desde el lunes y otras 326 han sido hospitalizadas.
Cuarenta cadáveres fueron sacados del río Nilo por las milicias progubernamentales y luego fueron llevados a un lugar desconocido, indicó el colectivo opositor de médicos.
Los doctores, que han documentado a las víctimas mortales desde el inicio de las protestas el pasado diciembre, aseguran que aún no están en condiciones de verificar el número real de fallecidos de estos días por la situación de la seguridad y las restricciones que los militares ponen a su trabajo.
La junta militar, llamada de transición, destituyó al veterano presidente Omar al Bashir en abril, tras meses de protestas contra su régimen autoritario, y había acordado un periodo de transición de tres años a una administración civil.
A la cabeza de Sudán durante casi 30 años, Omar al Bashir fue depuesto y detenido por el ejército el 11 de abril, bajo la presión de un movimiento sin precedentes desencadenado el 19 de diciembre de 2018 por la decisión de las autoridades de triplicar el precio del pan en un país socavado por una grave crisis económica.
"El pueblo sudanés no está abierto a negociaciones" proclamó Amjad Farid, portavoz de la Asociación de profesionales sudaneses que lidera el movimiento de protesta.
La oposición ha venido demandando una transición larga e incluso se había acordado un período de tres años para acometer una serie de reformas políticas y económicas para lograr la estabilidad y sentar las bases de un Estado democrático.
"Entre los heridos todavía hay personas en estado grave y se espera que aumente el número de muertos", dijo a la AFP un médico que trabaja en dos hospitales de Jartum y que no quiso identificarse por razones de seguridad.
"La situación es muy difícil (...) La mayoría de hospitales recibieron más víctimas de las que permite su capacidad", aseguró.
Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que normalmente se despliegan en otras regiones de Sudán, han sido acusadas por las organizaciones de derechos humanos de cometer abusos en la región de Darfur.
Los generales decidieron anular todos los acuerdos y las negociaciones con los jefes de las protestas, pero al mismo tiempo prometieron elecciones en breve.
Las negociaciones entre los generales y los manifestantes fueron suspendidas el pasado 20 de mayo.
La comunidad internacional pidió retomar el diálogo. Pero "al ordenar esos ataques, el Consejo Militar puso en peligro este proceso de transición y paz en Sudán", denunciaron Estados Unidos, Gran Bretaña y Noruega.
Según fuentes diplomáticas, China, con apoyo de Rusia, bloqueó el martes en el Consejo de seguridad de la ONU un texto condenando los muertos civiles en Sudán y que pedía el cese inmediato de la violencia.
Fuente: EFE y AFP
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