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“Rompe los ojos ver que la lana fina es un negocio rentable”
La lana Merino de 18,5 micras cotizó en diciembre a valores 25% por arriba de diciembre 2020, mientras que la de 28 micras cerró el año 16% más arriba. Estas referencias del mercado australiano marcan el ensanche de la brecha entre las lanas ultrafinas y las lanas medias y gruesas.
“Tras el parate de 2020 por la pandemia, apenas empezó a resurgir la demanda ya había valores de US$ 10 el kilo por las lanas ultrafinas, y se ha llegado a lotes de valores de lana de más de US$ 14”, destacó el presidente del Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas (Crilu), Juan Pérez Jones.
“Hasta a los más optimistas nos ha sorprendido que durante la pandemia este tipo de lanas fueran las más buscadas y a precios históricamente buenos”, destacó.
“Rompe los ojos ver que el ingreso es muy importante y es un negocio rentable para cualquier establecimiento de campo natural, con condiciones extensivas”, afirmó Pérez Jones, “y lo están adoptando muchos productores que no estuvieron necesariamente ligados al proyecto Merino fino ni al Crilu”.
Las siguientes etapas se encaminan hacia un sistema que acelera el proceso desde la investigación en simultáneo con la puesta en práctica y la validación comercial. Es un formato que tiene muchas perspectivas y se ajusta a los tiempos cada vez más acelerados del desarrollo tecnológico.
La planificación estratégica y la conversión de emisiones de gases de efecto invernadero también están entre las claves de trabajo de aquí en adelante. “Todavía hay mucho para ir mejorando y facilitar alianzas, contratos para que los productores tengan alternativas de valorización y comercialización para su producción de lanas ultrafinas”, destacó Pérez Jones.
