Rusia entró en recesión

El desempeño del tercer trimestre se explica por las dinámicas que exhibieron el comercio mayorista (-22,6%), el comercio minorista (-9,1%), la reposición de inventarios (-5,5%), la industria manufacturera (-2%) y los servicios públicos (-10,4%); resultados negativos que no alcanzaron a compensar los crecimientos del sector agrícola (6,2%) y la construcción (6,7%).

La medición difundida por Rosstat, organismo que publicará a mediados de diciembre los datos definitivos, da cuenta de los volúmenes físicos a precios básicos netos de impuestos y se basa en los informes suministrados por las grandes y medianas empresas, los ministerios y el Banco Rusia, medición que no incluye el desempeño del sector financiero.

Según los analistas, los descensos que exhibió el PIB ruso en el segundo y tercer trimestre es consecuencia, en lo esencial, del impacto de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y sus aliados, situación que afecta al mercado interno, la provisión de suministros y las exportaciones, en este último caso debido a los embargos comerciales.

"La economía rusa está lidiando adecuadamente con la presión de las sanciones", evaluó días atrás en el VII Foro Económico Oriental realizado en Vladivosok el ministro de Desarrollo Económico, Maxim Reshétnikov, quien estimó que el PIB del país cerrará este año con una caída del 2,9% y se contraerá un 0,9% durante 2023.

El ministro estimó que el PIB retomará el crecimiento a finales de este año o a principios del próximo, aunque advirtió que debido a la elevada base de comparación de principios de 2022, el PIB aún permanecerá en cifras rojas en 2023, según reportó la agencia oficial TASS.

La lectura optimista, sin embargo, contradice las proyecciones de las consultoras que señalan que la contracción se acelerará el próximo año y que la economía recién regresara al nivel anterior a la guerra a fines de la década, o incluso más tarde. Escenario “inercial” que, de confirmarse, haría que la economía toque fondo en 2023, situándose como mínimo un 8,3% por debajo del nivel de 2021.

Por su parte, el Banco Central de Rusia, que subió a fines de octubre su tasa de referencia al 7,5% anual para contener una inflación que alcanzó ese mes el 8,13% interanual, el mayor nivel del último lustro, ha mantenido sus proyecciones, que señalan una contracción del PIB del 3,5% este año, y de entre un 1% y un 4% en 2023.

Aunque Rusia se benefició con la suba de los precios del petróleo y el gas natural producto de la guerra en Ucrania, el consenso de los especialistas advierte que el efecto positivo, sobre todo en la balanza comercial, comienza a desvanecerse a medida que la economía mundial se ralentiza y Occidente encuentra nuevos proveedores, al tiempo que las sanciones comerciales y financieras impactan sobre diversos sectores productivos de Rusia.