El despegue del módulo Luna-25 tendrá lugar “el 11 de agosto a las 2 horas, 10 minutos, 57 segundos, hora de Moscú”, indicó la agencia espacial de Rusia, Roscosmos, en un comunicado, cuando las potencias mundiales como los Estados Unidos y China intensifican sus misiones hacia el satélite natural terrestre.
Roscosmos indicó además que un cohete Soyuz fue “ensamblado” en la base espacial de Vostochni, en el extremo oriental del país, para el despegue de Luna-25, que deberá descender cerca del polo sur de la Luna, un “terreno difícil y poco explorado”.
Está previsto que el vuelo tarde entre “cuatro días y medio y cinco días y medio”, según los datos publicados por Roscosmos y citados por la agencia de prensa oficial TASS. Una vez en la Luna, el módulo, cuyo peso es de 800 kilos, deberá “tomar muestras y analizar el suelo, así como llevar a cabo investigaciones científicas a largo plazo”, señaló la agencia.
Se tratará de la primera misión del nuevo programa lunar de Rusia, luego de la sonda Luna-24, lanzada en 1976, que busca reforzar su cooperación espacial con China en medio de tensiones con las potencias espaciales occidentales por la ofensiva rusa en Ucrania.
Luna-25 puede encontrar respuestas a muchas preguntas relacionadas con la evolución tanto del satélite natural de la Tierra como de todo el sistema solar. Sin embargo, no sólo serán esas las tareas científicas marcadas por la nueva misión, sino también otras prácticas más, relacionadas con la posibilidad de explorar la Luna en el futuro.
Por lo pronto, Luna-25 continúa la serie de estaciones interplanetarias automáticas soviéticas Luna, que se lanzaron entre 1958 y 1976, misiones que en muchos aspectos se convirtieron en pioneras en el desarrollo, como Luna-3, que en 1959 por primera vez mostró a la humanidad el reverso de la Luna.
Las autoridades de la región de Jabarovsk, en el extremo este de Rusia, ya anunciaron la evacuación de un pueblo desde el viernes por la mañana, pues se encuentra en un lugar donde puede caer el primer piso del lanzador.
“Es de gran importancia, no únicamente para Putin, sino para los tiempos posteriores a Putin, una Rusia pacífica”, dijo Vitali Egorov, especialista ruso del espacio. “Este lanzamiento mostrará que los rusos pueden comprometerse en la exploración del espacio”, añadió.
Tras el inicio de la operación militar en Ucrania, la Agencia Espacial Europea (ESA) afirmó que ya no cooperaría con Rusia para el despegue de Luna-25, ni para futuras misiones, posición a la que Moscú respondió señalando que continuaría sus proyectos lunares y reemplazaría los equipos de la ESA por equipos científicos de fabricación nacional.
En abril de 2022, en un viaje al cosmódromo Vostotchny, el presidente Vladimir Putin recordó que la Unión Soviética logró en 1961 enviar al primer hombre al espacio, Yuri Gagarin, pese a las sanciones “totales” que tomaron en su contra.
“Estamos guiados por nuestros ancestros para seguir adelante, pese a las dificultades y las tentativas para obstaculizarnos”, dijo entonces Putin ante los empleados del complejo que tiene a su cargo Luna-25, misión que, en junio pasado, el jefe de Roscosmos, Yuri Borisov, calificó como “riesgosa” y con una posibilidad de éxito que calculó en un 70%.
(Con información de AFP)
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