La fuga de mafioso italiano Rocco Morabito junto a otros tres presos de la cárcel Central no solamente fue señalada a nivel local e internacional como desconcertante y grave –como afirmó el ministro del Interior italiano Matteo Salvini- sino que dejó al descubierto carencias de la única cárcel que todavía se encuentra en una zona céntrica de la capital. Desde falencias en la custodia a fallas técnicas, que ahora las autoridades investigan y que dejaron bajo sospecha a unos veinte funcionarios policiales estén siendo indagados.
Morabito junto con Matías Sebastián Acosta González, que esperaba su extradición a Brasil, y Bruno Ezequiel Díaz, detenido a pedido de la Justicia argentina por un delito de homicidio, escaparon a la azotea de la cárcel y pudieron romper una reja de un edificio lindero y entrar por una ventana de un apartamento del quinto piso. Ningún guardia o autoridad notó el agujero que les permitió salir y fugarse, hasta horas después de que la fuga se había concretado.
Leonardo Sinópoli, el cuarto recluso fugado y que este miércoles logró ser capturado en Salto cuando estaba por irse hacia Brasil, escapó como por la puerta de su casa. El hombre, que aguarda ser extraditado a Brasil y está preso por un delito de falsificación de documento, salió caminando por una puerta lateral del edificio central de la Jefatura de Policía de Montevideo, que está al lado de la cárcel. Nadie lo detuvo y pudo llegar hasta el norte del país.
Cuando Interpol comenzó la búsqueda de los delincuentes, ya llevaban varias horas de fugados. Eso implica que tuvieron tiempo para huir mientras se empezaba a rastrear su paradero. A su vez, las autoridades verificaron las cámaras que están instaladas en la vía pública y pudieron ver que se trasladaban en un auto hacia la Costa de Oro luego de salir de la cárcel. Sin embargo, esas imágenes fueron vistas ocho o nueve horas después de la fuga. Fuentes policiales indicaron a El Observador que es probable que hayan salido del país hacia Brasil.
A la visualización tardía de las cámaras de la calle se le sumó que las de Cárcel Central no funcionaban. Eso significa que no hay registro del momento en que los cuatro presos escaparon.
Pese a que el protocolo de seguridad determina que las celdas deben estar cerradas con candado, al momento de la fuga estaban abiertas y solían estarlo.
Un informe de inteligencia carcelario daba cuenta del plan de fuga de Morabito y había sido entregado hace un año al Instituto Nacional de Rehabilitación. Según informó este lunes VTV Noticias, el documento fue entregado en junio de 2018 y contaba, entre otras cosas, que el mafioso italiano tenía planes de fugarse por el sexto piso de Cárcel Central desde donde pasaría al techo de un supermercado y desde ahí entraría a un apartamento.
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