La prevalencia de enfermedad celíaca varía entre 1 en 100 y 1 en 300 en la mayoría de las regiones del mundo. Si bien se puede presentar en diferentes edades, se ha visto que el pico de máxima incidencia es entre los tres meses y nueve años de vida o entre la tercera y cuarta década en adultos. En Uruguay, la prevalencia es de 1% y se calcula que el 90% de los celíacos permanecen sin ser diagnosticados.
Controlar la dieta libre de gluten de un niño una vez que sale de casa puede resultar muy difícil, ya que este se ve generalmente expuesto a alimentos que no puede comer y que se convierten en una tentación, ante la que puede llegar a ceder.
Por eso, para que padres e hijos hagan más llevadera esta enfermedad, pueden seguir los siguientes consejos:
· Tener una comunicación fluida con los hijos: e informarles sobre su enfermedad desde las más tempranas etapas. La información debe ser clara y procurar responder todas las interrogantes e inquietudes que puedan surgir.
· Educarlo desde pequeño: no es bueno quitar los alimentos con gluten del alcance del niño. Por el contrario, es importante mantenerlos en casa para que aprenda a distinguir lo que puede y lo que no puede comer. También se puede elaborar una lista de alimentos "buenos" y "malos".
· Diferenciar: es decir, separar los alimentos con gluten de los libres de gluten en distintos armarios o despensas. Si se van a cocinar dos preparaciones distintas, se recomienda comenzar con la libre de gluten para evitar contaminación cruzada con trazas del mismo. Además, a medida que el niño crece, es importante enseñarle a interpretar las etiquetas y rotulados.
· Seguir una dieta equilibrada: que incluya todos los nutrientes (carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales) y grupos de alimentos en las proporciones adecuadas a su edad.
· Comer en familia: es bueno que en casa se realice un solo menú libre de gluten, de modo que el niño no se sienta excluido o diferente. Hoy en día existen alternativas sin gluten a los hidratos de carbono ricos en trigo, como la pasta sin gluten, la papa, el arroz blanco e integral y la quínoa.
· Cocinar juntos: involucrar a los más chicos en la planificación, compra y elaboración de alimentos y preparaciones es un buen modo para que aprendan lo que pueden y no pueden comer.
· Salir de casa preparados: informar a familiares, amigos, maestros, etc sobre la enfermedad del niño y las consecuencias de no seguir la dieta. Averiguar de antemano qué comerá el niño cuando no esté en casa y si es necesario llevar alimentos aptos por si resulta difícil encontrarlos fuera.
Para leer más sobre nutrición y vida saludable, ir a comermejor.com.uy
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