¿Mark Zuckerberg sabía que le iba a dar un giro de 180° a la vida de 7 billones de personas cuando creó Facebook? ¿Sabía que destruiría la forma de relacionarse como antiguamente conocíamos? ¿Sabía que iba a aumentar los niveles de depresión y ansiedad en las personas? ¿Sabía que traería mucha infelicidad detrás de esos dos segundos de felicidad? ¿Sabía que corrompería la mente de muchas personas?
En el comienzo Facebook era una plataforma social para contactar a viejos amigos de la infancia que habías perdido contacto y aquí lo recuperabas.
Viéndolo así, la plataforma era genial, no tenía ninguna connotación negativa, así se ganó su buena fama y la confianza de los usuarios.
Pero poco a poco, se nos escapó. Facebook, se nos fue de las manos, al ojo del consumidor no fue visible, solo unos pocos pudieron adivinar la jugada y apostar a ella.
Así surgieron gigantes tecnológicos, que nos hacen caer en una trampa, ellos analizan con detalle nuestro comportamiento, reacciones, búsquedas y gustos para beneficiarse de nosotros a nivel macro sin nuestro consentimiento.
Estamos siendo manipulados de forma tan sutil y friendly que a muchos ya ni les importa.
Lo que muchos no se están dando cuenta es que al usar tanto el celular están cediendo su libertad, se la esta entregando en bandeja a “villanos” que usan de máscara una plataforma de por medio donde roban nuestros datos y los venden a gobiernos o corporaciones para luego generar productos o normas acorde a nuestra vulnerabilidad y susceptibilidad.
Somos una sociedad sedada por pantallas, somos títeres, nos controlan de forma pasiva e imperceptible, que lo vuelve más siniestro.
En el siglo XXI, donde se cree que somos más libres que nunca, que podemos hacer lo que se nos plazca, que papá y mamá ya no tienen el control sobre nosotros como antes, que los maestros ya no ejercen su autoridad como solían, que la sociedad ya no te juzga, ¿realmente somos más libres ? ¿O solo cambió la forma de controlarnos y reprimirnos?
Antes era un monarca o un dictador el que te controlaba, ahora son nuestros smartphones. Entonces: ¿seremos o fuimos alguna vez libres? ¿O solo cambió la forma de dominarnos?
Las reglas del juego cambiaron, es tiempo que se aviven los jugadores.
Chiara Bianchi
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá