El nuevo presidente de la Federación Rural de Jóvenes es Martín Cantera, un tacuaremboense de 25 años que si bien se crió en la ciudad, siempre estuvo cerca del campo y la ganadería, y tiene como objetivo impulsar la voz de los jóvenes rurales para poder atender sus problemáticas y necesidades y llegar a quienes toman las decisiones.
Martín se crió en el que los tacuaremboenses llaman “el pago más grande de la patria”. Su casa estaba en la ciudad, pero desde niño iba mucho al campo junto a sus abuelos, criadores de Aberdeen Angus, cerca del pueblo. Siempre le gustó el campo, pero hace poco más de dos años y medio se acercó al agro de otra manera: por el gremialismo rural.
“Siempre tuve empatía por el campo, siempre me gustó mucho, desde chiquito cuando iba al campo con los abuelos”, comentó a El Observador, y fue por esa empatía que se acercó a los jóvenes rurales.
Cuando terminó el liceo, y con miras de ser contador, le pidió a su padre irse de Tacuarembó a Salto para estudiar el Ciclo Inicial Optativo, una trayectoria formativa previa al ingreso a la Universidad de la República para quienes quieran estudiar carreras del área social. Allí estuvo un año estudiando Administración, antes de emigrar hacia la capital del país, para comenzar su carrera de Contador Público.
Irse de su casa no le fue difícil, si bien es muy familiero sabía qué carrera quería seguir y no es de extrañar mucho, así que, como muchos jóvenes del interior, armó las valijas y se fue.
Luego de estudiar un año en Salto cruzó el país y se instaló en Montevideo para iniciar su carrera en la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (FCEA).
De las cosas que más extraña de sus pagos, además de la famila y la casa, son sus perros, a los que ama dijo, y por eso los fines de semana que puede volver lo hace.
En medio de sus estudios la pandemia por covid 19 llegó al país, las aulas cerraron y las clases por Zoom abrieron, y fue ahí cuando volvió a Tacuarembó, y cuando su camino en el gremialismo agrario comenzó.
Una vez instalado nuevamente en su casa, un amigo lo invitó a ser parte de la Asociación Rural de Jóvenes de Tacuarembó. Martín se unió, trabajó con otros jóvenes y fue elegido para presidir el grupo. Así se fue acercando a la Federación Rural, una institución que reconoce como de mucha historia y trabajo a nivel nacional.
“Entré en el grupo y conocí el gremialismo, y de ahí no salí más”, comentó.
Lo que más le gustó fue estar en la interna, poder trabajar por las necesidades que afectan a jóvenes como él, vinculados al campo.
“Entré al gremialismo y automáticamente me sentí parte, el contacto con la gente es constante y todos están por la misma causa. Plantear qué precisan los jóvenes o ver qué cosas se pueden lograr como jóvenes rurales te cambia, porque desde adentro empezas a ver cosas que no veías desde afuera y empezas a ver las posibilidades que tenes de ayudar a la gente”, destacó.
Cuando uno de los congresos de jóvenes se hizo en Tacuarembó, Martín comenzó a pensar en la idea de juntarse con amigos para impulsar una agrupación a las elecciones del directorio, con jóvenes de Cerro Largo, Salto, Tacuarembó, Lavalleja y Paysandú. Junto a ese grupo de jóvenes rurales llegó ahora a encabezar la mesa de la herradura en representación de la juventudes de la Federación Rural, algo que le da mucha alegría.
Una de las cosas que más le ha gustado del camino que ha recorrido en el gremialismo es tener la posibilidad de buscar soluciones en equipo. “Es una responsabilidad (presidir la Federación Rural de Jóvenes) porque estamos hablando en lugar de muchos jóvenes”, admitió.
Además de integrar la Federación Rural, este joven estudiante pertenece la Comisión Honoraria de la Juventud Rural (CHJR), grupo en el que varias instituciones y gremiales “nos unimos para tener una fuerza mayor”, destacó.
Integrar la comisión le parece algo muy positivo, porque le da la posibilidad a los jóvenes de “acercar al gobierno las problemáticas de la juventud rural”. Algunas de las que destaca son el recambio generacional en el campo y la migración de los jóvenes del medio rural a los centros poblados por la falta de servicios básicos, como salud, conectividad, estudio o transporte.
“Los que tuvimos que estudiar desde lo virtual, hace poco sufrimos, porque si estabas estudiando una carrera tenías que migrar a un lugar poblado donde tuvieras buena señal”, recordó.
Como nuevo presidente tiene una meta clara: “Afianzar la federación, acercar al joven rural a la federación y crecer en cantidad de grupos”, explicó.
Actualmente la Federación Rural de Jóvenes se integra por 14 grupos, dispersos por todo el país.
La Federación Rural “es una institución con cercanía al joven rural, que hace llegar las problemáticas a quién corresponda, y que está trabajando en cercanía con el gobierno, es una vía recta para plantear problemáticas”, destacó, y sostuvo que es muy positivo además tener llegada a nivel regional, ya que la gremial pertenece a la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM).
“Ocupamos una muy buena proporción del Uruguay, pero queremos abarcar lo más que podamos, para solucionar las problemáticas de los jóvenes”, concluyó horas antes de asumir la presidencia.
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