En la competitiva carrera por la nominación presidencial demócrata todavía no está claro quién se llevará el boleto para competir frente a frente contra el presidente Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre.
Pero ese panorama debería aclararse luego de una día clave, el supermartes de este martes 3 de marzo, la mayor jornada de votación en la que 14 estados y decenas de millones de estadounidenses habilitados expresarán su voluntad.
El resultado podría ser un punto de inflexión en el que el senador "socialista democrático" Bernie Sanders obtenga una ventaja insuperable, o marcar una espectacular remontada para el exvicepresidente Joe Biden, que a excepción de su triunfo del sábado en Carolina del Sur sufrió derrotas en los otros tres estados que ya decidieron, Iowa, New Hampshire y Nevada.
El retiro de Pete Buttigieg, anunciado oficialmente este domingo tras los magros resultados que cosechó el sábado en Carolina del Sur, puede dar nuevo aire a Biden. También el de la aspirante demócrata a la Casa Blanca Amy Klobuchar que se retiraría para respaldar a Biden, según informaron medios estadounidenses este lunes.
El diario The New York Times y cadenas de televisión como NBC dijeron que la senadora centrista se retiraría de la carrera y se dirigiría este lunes a Dallas, Texas, para presentarse junto a Biden en un mitin de campaña.
La senadora de 59 años se convertirá en la tercera precandidata en renunciar después de la gran victoria de Biden en las primarias de Carolina del Sur el sábado, y antes de la votación clave del 3 de marzo en 14 estados, incluido su natal Minnesota.
Marcar una diferencia en el supermartes exige un gran despliegue en el territorio, un excelente nivel de recaudación de fondos y un gran impulso.
A continuación, todo lo que hay que saber sobre el supermartes:
Los estados en juego durante el supermartes abarcan los cuatro puntos cardinales de Estados Unidos, desde el pequeño Maine en el noreste, con algo más de un millón de habitantes, hasta el gigante California, de tendencia progresista y el más poblado del país, con una población de 40 millones.
El sureño estado de Texas, con 29 millones de habitantes, es otro de los principales trofeos. Virginia, Carolina del Norte, Alabama y Colorado también eligen el 3 de marzo.
Completan la nómina Arkansas, Massachusetts, Minesota, Oklahoma, Tennessee, Utah y Vermont, además de Samoa estadounidense y los demócratas residentes fuera del país.
La diversidad económica y social de los estados que participan en el supermartes, representativa de la totalidad del país, ofrece a los candidatos una oportunidad de demostrar su capacidad (o incapacidad) de recoger apoyo de un amplio espectro de votantes de diferentes perfiles, estratos y regiones.
El escrutinio podría tomar toda la noche.
Para obtener la nominación del partido, un candidato precisa tener una mayoría absoluta de delegados, y aproximadamente un tercio del total está en juego en el supermartes.
De ahí deriva la importancia de esta jornada, una parada clave del calendario electoral estadounidense.
En números, 1.357 delegados se pondrán en juego el martes, cuando son necesarios 1.991 para obtener la nominación. En comparación, hasta ahora los cuatro estados que ya celebraron asambleas electorales o elecciones primarias han asignado en conjunto solamente 155 delegados.
Sanders lidera las encuestas en California, que otorga 415 delegados y es el premio mayor, y también en Texas (228 delegados). Si obtiene un buen resultado en esos dos estados, el senador izquierdista podría despegarse de sus rivales con una ventaja considerable.
El umbral del 15% de los votos que exige el partido como mínimo para conseguir delegados puede ser un quebradero de cabeza para Biden y Klobuchar, quienes compiten entre sí por los votos de los moderados.
El multimillonario y exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg lleva gastados 500 millones de dólares, una cifra récord, en publicidad electoral pero no ha participado en ninguna de las cuatro instancias de votación que ya se han realizado.
Este supermartes resultará para él una prueba de fuego que demostrará si su estrategia tiene asidero entre los votantes.
Su pobre actuación en su primer debate a mitad de febrero y una segunda aparición el martes pasado, en la que fue duramente atacado por sus rivales y tampoco convenció, le quitaron impulso en las encuestas, pero mantiene un tercer lugar a nivel nacional, detrás de Sanders y Biden.
El nombre del candidato presidencial del partido saldrá de la Convención Nacional Demócrata, que se realizará entre el 13 y el 16 de julio en Milwaukee, Wisconsin.
Según Sanders, quien llegue a la convención con una mayoría, aunque no sea absoluta, debería ser nombrado como candidato. Sus rivales, por el contrario, exigen atenerse a las reglas, que indican que de no haber un candidato que obtenga la mayoría absoluta en la convención, se realizará una segunda votación, en la que los delegados tienen libertad de apoyar a un candidato diferente.
Pero a esa segunda vuelta se suman además unos 700 "superdelegados", legisladores y figuras notables del partido. Teniendo en cuenta que esos superdelegados suelen representar al establishment, su peso podría torcer la votación y perjudicar las chances de Sanders.
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