Portero físico y virtual

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Tótem y cámaras en edificios: la opción virtual que crece y es el dolor de cabeza de los porteros

La tecnología avanza en los edificios mientras los porteros tradicionales defienden sus tareas
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22 de abril de 2023 a las 05:04

En un edificio el ingreso es con un tag de entrada, el garaje se abre y se cierra de manera remota y hay un tótem en el hall que responde consultas. En otro, un portero humano abre la puerta de calle a quienes viven ahí y a visitantes, recibe facturas y encomiendas y levanta las bolsas de basura de la puerta de los apartamentos. Las dos realidades conviven en Montevideo y en otros departamentos del país. Quienes prefieren el portero virtual lo hacen por el costo de servicio y la atención durante las 24 horas. En el otro caso, el portero se convierte en uno más que colabora con tareas de los integrantes de todos los apartamentos.

La oferta de portería virtual crece día a día y ya es común observar las cámaras de vigilancia externa y el tótem en el hall de los edificios.

Una de las empresas que ofrece portería virtual es Foxsys. Se presenta como una compañía que genera un ahorro significativo en los gastos comunes, seguridad 24/7 y servicios de vanguardia tecnológica.

Juan Martín González es co-fundador y actual gerente. Foxsys comenzó su actividad hace 12 años dedicándose a sistemas de seguridad electrónica y en 2017 empezó la migración hacia la portería virtual.

Desde ese año hasta la actualidad sumaron la vigilancia y seguridad virtual en más de 300 edificios.

Uno de los servicios que ofrece es la colocación de cámaras de vigilancia perimetrales y megáfonos para disuadir a cualquier persona externa al edificio que quiera vulnerar el perímetro establecido.

Portería virtual

Otro es para el ingreso al edificio que se hace con un llavero de proximidad que está codificado para cada persona o con un pin. El tercero es el tótem. Los clientes pueden optar por cualquier de los servicios de manera individual o por un paquete que incluye a los tres.

“Lo principal es la seguridad perimetral, el control de acceso pudiendo abrir y cerrar puertas peatonales y de garaje y la asistencia a problemas diarios del edificio como roturas. El tótem es un elemento opcional que aporta a la seguridad”, comenta González.

Uno de los servicios que brinda Foxsys es una conexión directa al Ministerio del Interior con mínimo tiempo de respuesta. Esta opción se vuelve necesaria ante cualquier problema interno o incidente que se genere adentro del edificio. “Para ofrecer eso hay que estar homologado en el Ministerio del Interior. Nuestra empresa lo está”, indica.

“Es un sistema de integración directa como en ministerio que nos permite despachar un móvil policial desde nuestro centro de monitoreo a través de una conexión segura de internet. Eso asegura poder mandar el móvil en el menor tiempo posible”, señala.

“La empresa (Foxsys) tiene que verificar el incidente antes de despachar el móvil. Es un trabajo conjunto con el Ministerio del Interior. El tiempo de respuesta del 911 cuando vamos directo al Centro de Comando Unificado (del  ministerio) es excelente”, apunta.

González expresa que la decisión de contratar servicios virtuales es cada vez más frecuente. “Se ha naturalizado mucho. La gente se acostumbra rápidamente. Permite un nivel de costos muy adecuado, vale cuatro o cinco veces menos que un servicio de portería tradicional y es altamente tecnológico”, explica.

El cálculo que realizan las empresas del rubro es que para una atención diaria de 24 horas en un edificio se precisan cuatro porteros físicos, con sueldos, cargas sociales, aguinaldos, licencias y salarios vacacionales. Entonces, ahí radica la diferencia de costos entre lo virtual y lo físico. La compañía tiene un equipo permanente de entre 10 y 12 personas que efectúan el monitoreo de las cámaras instaladas. La plantilla total es de 80 trabajadores.

Otra empresa que ofrece servicios virtuales es Masterson Seguridad. El gerente comercial, Gonzalo Claudio, señala que la empresa comenzó sus actividades hace 25 años y hace seis empezó a dedicarse al rubro de portería remota.

Tótem de Masterson

“La empresa es de vigilancia y de hecho trabaja más con personal físico que con portería virtual. Vimos que se estaba cambiando la presencialidad del portero y nos aggiornamos. Era lo que venía”, comenta. Seis meses antes de comenzar con la portería virtual, uno de los directores de Masterson viajó a Paraguay y constató que ya era un boom en ese país.

La empresa ofrece los tres servicios. Control de acceso, con colocación de equipamiento para las puertas electrónicas que abren con tags y también con identificación facial. El segundo es el de monitoreo, que está más vinculado a la vigilancia. Incluye cámaras con analítica, altoparlantes para hacer llamados de atención en la calle, alarmas y censores en todos los  accesos para controlar que estén correctamente cerrados. El tercero es el tótem.

“En la empresa bromeamos y decimos que lo único que nos falta es pasear a los perros. Porque  no falta nada. Se prenden calderas, se administran barbacoas, se atienden a todos los services del edificio. Además, incrementa la seguridad en el lugar”, relata.

Claudio informa que en el sector de monitoreo de las cámaras trabajan alrededor de 16 personas por turno. “Se cubre las 24 horas. No hay feriados, 1º de mayo, no hay nada. Siempre hay cobertura”, afirma.

Uno de los servicios diferentes que ofrece Masteron es el reconocimiento facial para ingresar al edificio. “Hay personas que no quieren andar con llave o manipular tecnología. En ese caso, no se tiene que frenar enfrente al visor, pasando un poco más lento ya identifica a la persona. De esa manera se evita la llave y para salir hay un pulsador del lado de adentro”, explica.

El cálculo de costos es el mismo que se maneja en el sector. Si la portería es presencial se necesitan cuatro personas. “Estás hablando de entre $ 200 mil y $ 240 mil por mes. La portería virtual te sale $ 40 mil por mes”, afirma. El servicio más requerido de la empresa es el tótem.

“Generalmente se contrata la portería virtual para bajar los gastos comunes. Va pasando el tiempo y cada vez se hace más común. Es algo que vino para quedarse y que va a estar en todos los edificios”, sostiene.

Sala de monitoreo de Masterson

En Masterson trabajan 900 personas, entre guardias, administrativos, monitoreo y equipo técnico, entre otros.

En la vereda de enfrente

El edificio ubicado en la calle Guayabos tiene la puerta de entrada abierta. En el hall hay un escritorio con televisión y un monitor donde se observan varias cámaras instaladas en diferentes zonas. Detrás del escritorio está Oscar Fernández. Hace 21 años que es el portero. Además es el presidente de la Asociación de Porteros de Casas de Apartamentos (APCA). En ese edificio hay 61 apartamentos y uno de ellos es ocupado por Fernández.

El portero es como la llave del edificio. En mi caso soy uno más de la familia. Hay que saber de todo, estar siempre a la orden del que precisa algo. Recibir encomiendas, deliveries, medicamentos, sobres, cartas”, dice.

La conversación con él es en el garaje que está al final del pasillo, pasando los ascensores. Se ubica en un lugar desde el que puede ver la puerta de calle y prácticamente no aleja la mirada de ella cuando responde alguna consulta. Un vecino sale y lo felicita por el partido que la noche anterior ganó Nacional.

Sos un poco psicólogo, El portero tiene más de un patrón. Si hay 60 apartamentos cualquiera de los copropietarios te puede pedir algo. Tenés que tratar de llevarte bien con todo el mundo y que nadie quede desconforme.”, explica.

Fernández tiene la llave de entrada de varios apartamentos y también de automóviles. Trabaja de lunes a viernes de 11.00 a 20.00 horas. Afirma que el portero no se puede cambiar por una herramienta virtual.

“La máquina no te va a sacar la basura, no va a ir a ver si se desbordó el tanque de agua o asistir a alguien que se siente mal adentro de un apartamento”, enumera.

Recuerda que durante la pandemia su actividad aumentó. “Yo era el que recibía los medicamentos, a los  médicos. Había gente que estaba internada en el apartamento y no podía salir. Ahí había que hacer de todo. Ahí está la figura del portero”, dice con cierto orgullo.

El salario mínimo de portero es de $ 32.292. Además cobran partidas por tareas de garaje, por los ascensores y por cuidar el jardín en caso que haya. Con esos pagos, el sueldo se ubica entre $ 45 mil y $ 48 mil.

“Dicen que el portero es caro para el edificio. Le tienen que pagar la ropa, la licencia, las cargas sociales. Pero el tótem no hace lo que hacés vos”, señala.

Relata que varios de quienes viven en el edificio terminaron sus carreras de doctores, escribanos, médicos o abogados. “Han venido y se sacaron fotos conmigo. A fin de año te hacen regalos como reconocimiento por lo que hiciste.”, comenta.

También recuerda una anécdota con una estudiante que vivía en uno de los apartamentos. “Estaba estudiando medicina y hacía internado en el Hospital Pasteur y en otros. Cuando volvía, luego de la medianoche, me llamaba cuando estaba en el ómnibus para que la fuera a esperar a la parada de 18 de Julio y la acompañara a cruzar el callejón de (Emilio) Frugoni. Yo la iba a buscar y la acompañaba hasta el edificio”, cuenta.

“Cuando se recibió los padres me dijeron: vos sos parte de la graduación de mi hija y también de la familia. Y nos sacamos una foto en la entrada del edificio”, complementa.  

 

 

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