Cuando la familia Zaring, de Missouri, EEUU, contrató a un fotógrafo para hacerse unos retratos, no tenían idea de que terminarían pareciendo personajes de dibujos animados.
Así escribieron en Facebook:
"Ok. Esto no es una broma. Pagamos a un fotógrafo, que afirmaba ser un profesional, US$ 250 por una sesión fotográfica familiar. Por favor, mirá estas fotos. SON REALES. Dijo que las sombras eran realmente malas en un día hermoso, despejado y soleado y que su profesor nunca le enseñó a retocar fotos. Sentite libre de compartir. ¡Literalmente no me había reído tanto en AÑOS!"
Según recoge el diario The Sun, la artista se comprometió a devolverles todo el dinero que le habían pagado por la sesión de fotos. Sin embargo, la familia tan solo le pidió las fotografías originales. La mujer explica que no aceptó la devolución debido a que se lo habían pasado genial con ellas: "Había merecido todo el dinero que pagamos. Es la comedia más cara que he pagado en mi vida".
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