Un documento demuestra la connivencia del Estado de Israel con colonos que ocupan tierras palestinas

Haaretz relata que el 2 de setiembre, a las 6:41, violando el Shabat, el coordinador de tierras del consejo Regional de Samaria informó a la Administración Civil de Israel que una excavadora estaba mejorando el camino de acceso a la aldea palestina de Qusra, al sureste de Naplusa.

El hecho de que había violado el día sagrado de descanso al hacer el informe no pareció preocuparle: en tres sábados diferentes, en agosto y octubre, también había informado sobre el trabajo realizado por los palestinos en el norte de Cisjordania, con la esperanza de que los inspectores de la administración civil los detuvieran.

Una vez se refirió a los preparativos para instalar líneas eléctricas entre las aldeas de Aqraba y Majdal, al este de Nablús; en otra ocasión, se estaba construyendo una carretera hasta el pueblo de Asira al-Shamaliya, al norte de Naplusa; y el tercer incidente involucró la limpieza del terreno cerca de la aldea de Qafin, al oeste de Jenin.

La urgencia de informar, fuera del horario laboral oficial, sobre una reparación menor que se está realizando en un tramo de carretera a una aldea palestina, muestra una dedicación que va más allá del papel de un empleado en una agencia pública, sobre todo en un gobierno local en el que muchos residentes son sionistas religiosos o incluso ultraortodoxos.

Los informes sobre las novedades observadas se envían a través de un formulario en línea titulado “Informe sobre presuntas violaciones de las leyes de planificación y construcción”, una plataforma informática que reemplazó el centro de atención telefónica de la “Sala de Operaciones C”, un organismo de la Administración Civil establecido a finales de 2020.

El objetivo de la información procesada es acelerar las operaciones de ejecución y demolición de las construcciones palestinas en aproximadamente el 61 por ciento de la superficie terrestre de Cisjordania, es decir, en los territorios conocidos como Área C, cuyos poderes de planificación y administración permanecerían temporalmente en manos de Israel, según el Acuerdos de Oslo. Para 1999, se suponía que los poderes de planificación, construcción y administración en la mayor parte de este territorio serían transferidos a la Autoridad Palestina, pero Israel no cumplió con los acuerdos.

Cuando se inauguró un Centro de llamadas, en enero de 2021, se describió en un anuncio en el sitio web del asentamiento de Kokhav Ya’akov (que está construido en la tierra de Kafr Aqab) como una “línea de denuncias”.

El anuncio decía: “¿Ha visto trabajos de construcción por parte de palestinos que cree que son sospechosos y no autorizados? ¿Se ha encontrado con un peligro sanitario causado por los palestinos que tratan la ley con desprecio? A partir de ahora, usted tiene su propia línea de denuncias: recurra a ella en cualquier momento, de cualquier manera posible y presente una queja”.

A diferencia del Centro de llamadas, que en principio estaba destinado al uso de todos, el formulario en línea es utilizado principalmente por “coordinadores de tierras” o “inspectores de tierras” que trabajan para los consejos regionales israelíes en Cisjordania.

La documentación a la que Haaretz tuvo acceso enumera 1168 avisos a través del formato en línea durante un período de aproximadamente ocho meses este año, del 1 de marzo al 19 de octubre.

La reciente demanda del partido Sionismo Religioso para obtener el control de los órganos que dirigen la vida de los palestinos y su tierra en Cisjordania no surgió de la nada: es la continuación natural de la presión que el lobby de los asentamientos ha ejercido durante 30 años sobre el terreno, en la Knesset, en los medios de comunicación y en los tribunales, aludiendo a la falsa imagen según la cual el territorio designado como Área C pertenece únicamente a Israel y a los judíos.

En una columna separada en la hoja de cálculo que ha obtenido Haaretz, hay comentarios de las personas que hicieron los informes, que reflejan cuánto se ha criminalizado la construcción y otros trabajos realizados por los palestinos en Cisjordania de acuerdo con los criterios establecidos por la Administración Civil y los colonos.

Algunos comentarios realizados en los informes son: “romper y despejar la tierra en un pedregal que no ha sido cultivado en los últimos 20 años”; “preparación de terrenos para la construcción cerca de la carretera”; “apisonadora, tractores y un camión pavimentando una carretera al norte del pueblo de Kafr Laqif”; “preparación aparente de una zanja en la que colocar una tubería”; “construcción masiva y preparación de terrenos”; “trabajo en la cantera ilegal donde se realizó un decomiso hace unos meses”; “los árabes ahora están construyendo una estructura cerca de Al-Tuwani”; “construcción manual de un campamento e instalación de una cisterna de agua”; “cavar un pozo”; “excavadora trabajando por segundo día consecutivo al sur del pueblo de Beitillu”; “árabes que trabajan dentro de la Línea Azul [área que Israel planea declarar tierra estatal]”; “los árabes están plantando árboles”; “los árabes están instalando una casa prefabricada cerca de Kiryat Arba”; “vehículos árabes haciendo movimiento de tierras”; “excavadora en Beitillu trabajando por tercer día consecutivo”; y “una excavadora está trabajando en un camino”.

En los informes constan la hora (incluidos minutos y segundos) en que se redactó cada denuncia, así como la hora en que comenzó a ser abordada por primera vez por las autoridades, el nombre del denunciante, su número de teléfono y qué herramientas y maquinaria tenía observadas.

Por ejemplo, retroexcavadora, casa rodante, burro, arado, caballo, tractor, excavadora, mezcladora de cemento, camión, herramientas manuales, etc. En ocasiones se señala a los funcionarios que manejaron el informe en el terreno – el personal de Coordinación y Enlace Distrital Oficina (que está subordinada a la Administración Civil) o soldados de la brigada regional, o ambos, y si alguien manejó el problema de manera preliminar, qué fue y qué se hizo.

A veces, un informe se considera irrelevante. A veces eso sucede simplemente porque la ubicación no es lo suficientemente precisa. Veintiocho informes ubicaron erróneamente la “escena del crimen” cerca de Chipre y otros siete dentro de las fronteras de Israel, al oeste de la Línea Verde. La mayor parte de los informes, 731, cubrieron el área entre Jerusalén y el sur del país. El resto estaba al norte de Jerusalén.