Opinión > EDITORIAL

Un enfoque equivocado

El proteccionismo se mantendrá hasta que se despierten los consumidores
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11 de mayo de 2019 a las 05:04

Las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, que habían dejado en un impasse la guerra arancelaria entre ambas potencias desde diciembre pasado, sufrieron un duro revés esta semana por la marcha atrás de Pekín al último documento preliminar y la inmediata reacción del presidente Donald Trump de subir al 25% los aranceles a importaciones del país asiático por valor de US$ 200 mil millones. Es una muy mala noticia para la economía mundial y, obviamente para nuestra región.  

Aunque ayer, en la última ronda de negociación entre representantes de EEUU y China, en Washington, se abrió un atisbo de esperanza de que pudiera encontrarse una solución a la contienda comercial, también hubo un empuje al proteccionismo que viene desde el año pasado cuando la administración de Trump aprobó aranceles a productos por valor de US$ 250 mil millones contra China y el gobierno de Xi Jinping, por su parte, respondió con tarifas a productos estadounidenses por el equivalente a US$ 110 mil millones.

La calificadora de riesgo Fitch Ratings advirtió ayer que las tensiones comerciales se intensificarán en los próximos meses y proyecta que los efectos adversos para las dos economías más importantes del mundo podrían extenderse a otros países. 

La fortaleza del comercio entre EEUU y China influye en el sector industrial estadounidenses que funciona en base a cadenas de suministro globales que se podrían encarecer con barreras arancelarias. Un factor negativo adicional es si China, como represalia, aumenta aranceles a las exportaciones estadounidenses. La economía de EEUU luce muy fuerte, pero la guerra comercial representa una verdadera amenaza a su salud.

Aunque en estas horas se descarta una alteración sustancial de las previsiones del crecimiento global, no hay duda de que el proteccionismo puede afectar el PIB de los dos países. Por lo pronto, Fitch Ratings estima que la suba de aranceles ordenada por Trump podría costarle a China cerca de 0,5% de su crecimiento, lo que puede obligar al gobierno de Jinping a introducir una política monetaria “más agresiva”.

El proteccionismo entre dos grandes potencias mundiales arrastrará a aquellos países con fuertes vínculos comerciales con EEUU o China, o que tienen un papel clave en sus cadenas de distribución de bienes. 

Es equivocado el enfoque del presidente Trump de pretender resolver sus disputas con Jinping, por probadas prácticas comerciales desleales que explican el déficit comercial estadounidense con China, con medidas proteccionista. Por el contrario, hay evidencia suficiente sobre los efectos negativos a mediano y largo plazo de las barreras comerciales.

Las tarifas al comercio no aportan más riqueza, como escribió Trump en un tuit en días pasado. En realidad, son los intercambios generalizados los que desembocan en un desarrollo duradero. China y Corea del Sur son dos buenos testimonios de las bondades del libre intercambio.

EEUU es el país que mejor se ha adaptado a la globalización a lo largo de la historia, probablemente por la alta consideración al valor de la libertad desde los mismos orígenes del país. 

Es por eso que lo más probable es que la arenga proteccionista se mantenga viva hasta que se despierten los consumidores. 

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