Un nuevo corredor facilitaría el tránsito comercial entre India y Rusia

Según analistas de las relaciones y las estrategias comerciales rusas, una vieja utopía, la del corredor internacional de transporte Norte-Sur (INSTC), podría transformarse en realidad.

El corredor, una red de 7.200 kilómetros de extensión que combina ferrocarriles, autopistas y rutas marítimas que conectarían Rusia y la India a través de Irán, podría convertirse en realidad a partir de la confluencia de los intereses económicos y geopolíticos de Moscú, Teherán y la India que, de concretarse, allanarían el camino para una ruta alternativa de las exportaciones rusas, complicadas en la actualidad por las sanciones de la Unión Europea.

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En junio, Irán había anunciado la prueba piloto de transporte de productos desde Rusia hacia la India usando el corredor, a través del puerto de Bandar Abbas en el estrecho de Ormuz. Los dos containers de madera laminada que abrieron la ruta, fueron seguidos por 39 containers embarcados hacia el puerto indio de Nhava Sheva durante el mes de julio.

A principios de julio, RZD Logistics, la más importante empresa de transporte multimodal que operaba en las naciones soviéticas lanzó un nuevo servicio de trenes de carga a lo largo del corredor INSTC y se espera que hacia 2030 la nueva vía comercial transporte unos 25 millones de toneladas anuales, que representa el 75% del total de tráfico de containers entre Eurasia, el sur de Asia y el Golfo pérsico.

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A lo largo de la historia, la ausencia de rutas alternativas implicaba que el tráfico comercial entre la India y Rusia tenía que cruzar el mar de Arabia, el mar Rojo y el Mediterráneo para rodear Europa y llegar a Leningrado (hoy San Petersburgo). Los cálculos hechos por la Asociación de agentes de transportes de la India es que la nueva ruta disminuye entre 15 y 30 días el tiempo de transporte y ahorra un 30% de los costos.

Pese a su atractivo, la nueva ruta no había sido prioritaria en los planes de las naciones involucradas, hasta que las sanciones contra Irán y Rusia, sumadas a las restricciones lituanas al tránsito comercial ruso hacia Kaliningrad, pusieron nuevamente sobre el tapete la necesidad de retomar los esfuerzos de inversión necesarios para poner en marcha el proyecto.

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Los últimos meses, el aumento significativo del intercambio comercial entre Rusia e India, básicamente por las compras indias de crudo y fertilizantes rusos, ha sido un aliciente adicional para acelerar los planes de inversión en el corredor INSTC.

Según Vaishali Basu Sharma, un exasesor del consejo de Seguridad Nacional indio, Nueva Delhi deberá enfrentar las presiones de Washington para que la India tenga una actitud similar a la mantenida con su participación en las sanciones contra el crudo de Venezuela e Irán, pero el marco internacional y el creciente comercio entre Rusia y la India estarían demostrando que “las economías emergentes están finalmente rompiendo la hegemonía de las estructuras financieras creadas por los países desarrollados”.