Juan Samuelle

Un Uruguay con menos tamberos y menos arroceros

La desaparición de productores y de complejos industriales es moneda corriente

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14 de diciembre de 2018 a las 05:03

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Por Blasina y Asociados, especial para El Observador

Dos sectores exportadores históricos, como el lácteo y el arrocero, de alta productividad y alta calidad reconocida, pero con un elevado uso de mano de obra y energía, están cayendo en cantidad de productores.

Uruguay perdió en seis meses 100 productores, dijo el presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Ricardo de Izaguirre, en Paysandú, según reportó el diario El Telégrafo. En los últimos años se cerraron tres industrias lácteas. De confirmarse una caída de esa magnitud en el segundo semestre, si 2018 cerrara con una pérdida de aproximadamente 200 remitentes, se estaría confirmando una aceleración en la salida de productores que en los últimos cinco años han dejado la actividad a un promedio de 90 productores por año.

De acuerdo a cifras que maneja la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), la tendencia es a menos productores y más producción, algo que se ha repetido en 2018. En el caso de los productores lecheros, se habría dado una leve expansión del área en 2017, posiblemente tomando áreas agrícolas marginales.

En cambio, el sector arrocero, otro reconocidamente exportador, no solo tiene menos productores sino que ocupa cada vez menos área y reduce su actividad industrial, con tres plantas que han cerrado definitivamente y las que se mantienen operativas con reducción de personal.

Según Alfredo Lago, presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), el 9% de los productores han abandonado el cultivo en los últimos tres años. “Este porcentaje no ha variado históricamente, pero lo preocupante es que no hay nuevos productores. Hay 50 productores que en los últimos tres años dejaron de cultivar y no vinieron nuevos”, dijo.

 

Juan Samuelle
No solo se bajan las cortinas en los tambos, también a nivel industrial

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Muchas chacras en las que hubo arroz el año pasado quedaron vacías

El sector arrocero, de acuerdo a las cifras que maneja la gremial, hace cinco años produce a pérdidas, pese a los altos y estables rendimientos. Como consecuencia, la superficie sembrada sería la menor en 25 años y junto con eso hay un ajuste en los recursos empleados en la producción, en particular la contratación de mano de obra.

Para esta zafra la ACA estimó en Uruguay una superficie de 144.000 hectáreas, 16.000 menos que las 160.000 de la campaña anterior y una producción de 1,15 millones de toneladas, 10% menos que las 1,28 de la zafra pasada. Esto significa, según una estimación de la gremial realizada en setiembre, unos 280 puestos de trabajo menos a nivel del campo y un incremento de la capacidad ociosa de la industria.

De acuerdo a los modelos que maneja la ACA, partiendo del precio del arroz al productor que se ubicará en US$ 190 la tonelada –US$ 9,5 por bolsa de 50 kilos–, con rendimientos de 8.300 kg/ha promedio la facturación sería de US$ 1.577 por hectárea, pero los costos de producción son de US$ 1.900 por hectárea, lo que llevaría a un margen negativo de US$ 323/ha.

Por supuesto que hay situaciones diversas, especialmente entre quienes arriendan tierra y agua y quienes son propietarios. Pero los productores, dada la formación de precios ligada a los costos industriales, reclaman ajustes y las tensiones están latentes.

El pasado viernes la totalidad de las industrias arroceras fueron ocupadas por trabajadores adheridos a la Federación de Obreros y Empleados Molineros y Afines (Foemya).

La ocupación fue levantada, pero este año han cerrado definitivamente dos plantas arroceras de Saman en Río Branco y Glencore en Colonia Palma y otras se han reestructurado y reducido personal.

También la cantidad de establecimientos lecheros vienen cayendo de forma ininterrumpida desde 2009, una tendencia que parece difícil de revertir.

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Fernando Valverde, presidente de la Intergremial de Productores de Leche (IPL), dijo que “tres industrias lácteas han cerrado, más de 500 trabajadores de la industria están perdiendo su trabajo y aproximadamente 10 productores por mes abandonan la actividad. Se necesitan medidas urgentes”, expresó.

En 2009, según la estadística de DIEA, 3.367 productores remitían leche a la industria. A partir de ese año comenzó el descenso ininterrumpido en el número de remitentes. Los últimos datos oficiales citan 2.716 remitentes en 2016 y  2.669 el año pasado. La caída de precios de 2016 había provocado una salida fuerte, de 163 productores, amortiguada el año pasado a 47 productores menos.

A pesar de un incremento en la producción de leche debido a un clima benévolo, la facturación en dólares se ubicó en octubre por sexto mes consecutivo por debajo en la comparación interanual, principalmente por una caída de los precios en dólares recibidos por el productor que se encuentran en los niveles más bajos desde julio de 2016, en 30 centavos de dólar por litro, prácticamente equivalente eso al costo de la producción.

A su vez, la faena de vacas lecheras alcanzó en octubre un nuevo máximo histórico en el acumulado de los últimos 12 meses, con 82.917 vientres entre noviembre de 2017 y octubre de 2018.

Justino Zabala, tesorero de la Asociación de Productores Lecheros de Canelones (APLC), dijo que muchos productores deciden engordar las vaquillonas y mandarlas a frigorífico antes de tenerlas en producción.

Desde Olam Uruguay señalaron a Blasina y Asociados que, pese a un incremento en los volúmenes de producción, los resultados han sido desfavorables. “El contexto actual de precios y costos resulta altamente desfavorable y las proyecciones para el próximo año pueden continuar empeorando”, señaló la fuente.

El telón de fondo de la realidad, tanto de la lechería como del sector arrocero, es la combinación de costos y endeudamiento que, aunque en ambos casos se ha retraído en los últimos dos años, mantiene niveles elevados a los de comienzos de siglo.

El endeudamiento de los productores lecheros con el sistema bancario se sitúa en torno de US$ 290 millones, un valor alto en términos históricos, pero por debajo del pico de casi US$ 350 millones de fines de 2016. Y la morosidad es del 5%, cuando en 2014 no llegaba a 0,5%. Mientras que el endeudamiento del sector primario del arroz es sensiblemente menor, US$ 153 millones, muy por debajo del pico de US$ 330 millones de principios de 2015.

El obstáculo en ambos rubros es en parte interno y en parte externo: los costos de producción son elevados así como los industriales, los conflictos sindicales hacen todo más difícil a nivel industrial y qué pasará con el Brasil presidido por Jair Bolsonaro y sus críticas al Mercosur es otro aspecto incierto. Tradicionalmente Brasil ha sido cliente importante tanto para lácteos como para arroz. En contrapartida, una buena primavera para ambos sectores da el alivio necesario para mantener la expectativa.

Producción: Cecilia Pattarino

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