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El único corral de Marfrig en el mundo está en Río Negro y se llama El Impulso

Con capacidad para terminar 16 mil vacunos en forma simultánea, posee un diferencial: cocción a vapor del sorgo y maíz para elevar la digestibilidad
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30 de noviembre de 2018 a las 05:02

Por Juan Samuelle, enviado a Río Negro

Marfrig Global Foods –con presencia en 22 países, ingresos anuales por más de US$ 14 mil millones y 86 mil colaboradores– posee un único feedlot en el mundo y está en Uruguay. Ubicado en Río Negro, se llama El Impulso y ese hotel está casi completo en estos días, con 14 mil vacunos y más del 85% remitido por productores ganaderos en el marco de acuerdos de capitalización que benefician a ambas partes. 

Valentín Aznárez, agrónomo y gerente de producción ganadera de Marfrig, explicó a El Observador que El Impulso está en el paraje Pantanoso, con acceso desde el km 288,2 de la ruta 2 y entre esa ruta y el Río Negro, a 11 kms de Mercedes y a 25 kms de Fray Bentos. La ubicación brinda ventajas logísticas con fuerte impacto en la estructura de costos. Las ciudades donde residen los 42 funcionarios están próximas. Y la línea de alta tensión de energía eléctrica –fundamental  para proveerla a las decenas de motores que accionan– y la fuente de agua están en el campo. 

El predio se extiende sobre 644 hectáreas: 55 destinadas al feed lot, 64 a la agricultura, 55 a la forestación con eucaliptus y el resto es campo natural que se utiliza para ganadería pastoril.

Marfrig adquirió este campo (tras analizar otros 43) a fines de 2009. En 2010 comenzó a instalarse la infraestructura: una planta de raciones capaz de alimentar en forma simultánea a 30 mil animales –la capacidad máxima actual en los corrales es 16 mil–, una planta de silos con capacidad para 16 mil toneladas, más de 100 corrales, oficinas, balanza y estacionamiento.

La planta de silos incluye lo necesario para la limpieza de los granos, “algo fundamental para optimizar la eficiencia de la conversión”, ya que permite que con lo que se alimenta a los animales sea realmente grano. Lo que se extrae, llamado impurezas, no se desperdicia, pues tiene granos quebrados, posee fibra y se utiliza en algunas de las dietas, incorporándolo en forma controlada.

Una secadora permite que los alimentos se entreguen con el nivel de humedad adecuado, alimentos que se almacenan en la planta de silos para evitar adversidades por hacerlo en bolsones.

El pasaje de alimento desde la planta de silos al galpón de raciones se hace de tres formas: directa, cuando no se procesan, como la harina de soja; mediante molienda seca, utilizando molinos de doble juego de rodillos que permiten una muy buena uniformidad de partículas, lo que se hace con el trigo, la cebada y a veces el maíz; y en tercer lugar por cocción al vapor. Ambos equipos de molienda son de origen norteamericano. 

Esto último “es un diferencial en relación a otras unidades de engorde intensivo”. Se trata de la tecnología steam flake, consistente en cocinar el grano durante una hora, con lo cual el almidón se gelatiniza. Dicha gelatinización eleva entre 16% y 25% la digestibilidad del almidón (principal fuente de energía para rumiantes en confinamiento), del maíz o sorgo, respectivamente.

La comida va luego desde dos mixers estacionarios a camiones racionadores, que la trasladan a los corrales. 

Los equipos e instalaciones están interconectados por el sistema informático Cattle Xperts, un software de logística de engorde a corral, cuya base está en la oficina central, el que permite captar información en tiempo real evitando el error humano en la operativa diaria y adoptando las correcciones necesarias cuando sucede. A la vez, agiliza la entrega de ración derivando a los racionadores automáticamente a los corrales que lo precisan, con las cantidades de alimento realmente necesarias.

 

El productor nunca pierde

 

Se compra toda la materia prima y el 90% a proveedores nacionales. Se utiliza cebada, trigo, avena, maíz y sorgo. Salvo en el caso de silo de planta entera de maíz y grano de sorgo, no hay acuerdos a largo plazo y se adquiere de diferentes proveedores, que normalmente se repiten. De los 14 mil animales actuales hay 1.800 propios. El resto está en capitalización. El productor remite su ganado, Marfrig se encarga del proceso de engorde y se establece una sociedad entre las partes, resolviéndose el negocio cuando se remite el ganado al frigorífico. No hay cobros mensuales de servicios y la ganancia se fija en función del capital aportado (por un lado el ganado y por otro los costos operativos y el alimento). Si por algún contratiempo no hay ganancia, el productor no pierde, Marfrig le garantiza compartir la utilidad, pero no el riesgo.

Existe una amplia cartera de proveedores, que siempre siguen siendo los propietarios de los ganados, los que una vez terminados y con base en los negocios direccionados se envían a una de las cuatro plantas frigoríficas de Marfrig (en Tacuarembó, Salto, Colonia o San José). 

Si bien el protocolo de la Cuota 481 demanda 100 días de encierro en dietas de terminación, no todo lo que sale de El Impulso es para ese negocio y, por diversos factores, lo habitual es que permanezcan algo más. “En promedio el ganado entra con 330 kilos y esta unos 130 días a corral, incluyendo el período de adaptación, saliendo a faena con 530 kilos aproximadamente”, comentó.

En relación a los rendimientos, “son muy uniformes”, comentó, y precisó que “tenemos evaluado que si los animales se quedan 10 días más terminan rindiendo más con respecto a animales con menor período de engorde, igualándose las ecuaciones económicas”.

Sobre la base genética, la gran mayoría es Angus, Hereford y sus cruzas, hay cruzas Limousine y cebuinas y más 1.600 animales cruza Wagyu, con los cuales se viene desarrollando mercados de alto marmóreo.

Sobre el futuro de la Cuota 481, destino mayoritario de los ganados terminados a corral en el país, Aznárez puntualizó que el inicio de la actividad en El Impulso sucedió previo a la existencia de la cuota y reflexionó que “si la Cuota cambia para Uruguay probablemente cambien los coeficientes económicos en el sector, pero la terminación a corral es lo que buscan la mayoría de los mercados de alto valor, por lo que seguirán abriéndose oportunidades”.

Manejo sanitario preventivo

 

En El Impulso “nos basamos en un manejo sanitario preventivo”, afirmó Gonzalo Roig, el veterinario responsable.

En acuerdo con un laboratorio, se organiza la sanidad en el establecimiento de origen, enviando un veterinario al campo una semana previo a la carga, para revisar el lote, desparasitarlo y vacunarlo atendiendo enfermedades clostridiales, respiratorias y gastrointestinales.

Se aprovecha esa instancia para hacer el control documentario, se leen las caravanas y se refugan animales que no estén en condiciones de ir al corral.

Todo eso minimiza las dificultades en el proceso de encierro. En caso de detectarse inconvenientes durante las recorridas diarias –sanitarios, de adaptación social o por acostumbramiento a nuevas dietas–, se separan a los animales con problemas, que pasan a ser recuperados en zonas independientes, denominadas enfermerías.

Todos los procedimientos sanitarios, las aplicaciones de productos veterinarios por ejemplo, están trazados, para lo cual se utiliza la caravana del Sistema Nacional de Identificación Ganadera y el software propio.

Fuerte peso de la capitalización

 

Durante los últimos dos años más del 90% del ganado del feedlot fue de capitalizadores. “Desde Marfrig nos sentimos orgullosos de incluir a los productores en todos los procesos de la cadena cárnica”, explicó Marcelo Secco, Chief Operating Officer de la firma.

La iniciativa brinda la posibilidad de capitalizar los animales en corrales de engorde, ofreciendo la seguridad de maximizar la inversión con costos productivos controlados y predecibles, lo que brinda al productor una rentabilidad con márgenes de ganancia anuales que oscilan entre el 6% y el 20%.

Este corral es “una herramienta estratégica, moderna y esencial para el desarrollo del negocio, ya que demanda ganado de manera constante, dinamizando al sector primario. Como ventaja adicional, el productor libera área de trabajo para otras actividades sin desprenderse del capital, obteniendo beneficios comerciales por las buenas prácticas productivas y logrando acuerdos de venta del ganado gordo como si tuviera su propio corral estructural, eliminando intermediarios y costos de comercialización asociados”.

El feedlot brinda la posibilidad de elegir el momento más conveniente para enviar el ganado, se encarga de su retiro y permite realizar el seguimiento de los animales.

El manejo adecuado de los efluentes es otro valor resaltado, al igual que el acuerdo con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria a través del cual pasantes de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República y de escuelas agrarias de la Universidad del Trabajo del Uruguay realizan pasantías en el corral de engorde.

La compañía
En Uruguay, Marfrig Global Foods facturó en torno a US$ 550 millones en 2017. Posee 3.200 colaboradores y con su producción abastece a los mercados interno y externo. Posee cuatro plantas frigoríficas y una arrendada de productos enlatados. Tiene una capacidad de faena de 3.600 bovinos por día equivalente al 21,5% de la faena total del país.

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